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La Transformación Social de la Humanidad: Capítulo 48.- El Salario

EL SALARIO

Así como el buey o el caballo de labranza después del duro trabajo recibe cierta cantidad de alimentos para reparar sus fuerzas, así también y en forma semejante, el pobre trabajador recibe su salario.

La humilde bestia de labranza goza con el pasto, la caña y demás alimentos y el pobre trabajador goza con su salario.

Hombres y bestias deben trabajar y reparar sus fuerzas por medio de los alimentos con el único propósito triste y desgraciado de enriquecer a los Capitalistas.

A veces suben los salarios pero también suben en forma simultanea los artículos alimenticios, entonces de nada sirve que suban los salarios.

A veces bajan los salarios y suben los precios de los artículos alimenticios, entonces hay hambre y miseria.

La Ley del Valor no puede resolver en forma justa la cuestión complicada y difícil del salario.

Toda mercancía tiene un doble valor, Primero: Valor de cambio. Segundo: valor de uso.

Hablando en lenguaje totalmente económico, NO es absurdo considerar la «FUERZA DE TRABAJO» como un tipo especial de mercadería que claramente se distingue de todas las demás mercaderías

El valor de uso de la «FUERZA DE TRABAJO» es diferente al valor de uso de cualquier otra mercadería.

Los Valores de CAMBIO producidos por la «fuerza de trabajo» resultan Superiores a esta mercancía llamada FUERZA DE TRABAJO.

El valor de uso de LA FUERZA DE TRABAJO es diferente al valor de uso de cualquier otra mercancía.

Con unas tres o cuatro horas de trabajo el trabajador desquita su salario, pero el capitalista no se contenta con tres o cuatro horas de trabajo, el capitalista quiere dinero y más dinero y por ello exige jornadas de ocho, diez, doce y aun más horas de trabajo, con el inconfesable propósito de producir más y más valores de cambio, es decir; Más y más mercancías, más y más ganancias para enriquecer sus caudales.

La Mercancía llamada «FUERZA DE TRABAJO» debería cambiarse por su justo precio, pero desgraciadamente no es así, el capitalista paga solamente el trabajo necesario, pero el trabajo excesivo, el sobre trabajo, no lo paga, se lo roba.

Pagar poco y trabajar macho, ese es el Lema de los Capitalistas, el capitalista se roba la mercancía llamada FUERZA DE TRABAJO, a ojos vistas y con la aprobación criminal de las autoridades de trabajo.

Si en un platillo de la balanza de la justicia ponemos el salario y en el otro platillo de la balanza ponemos la mercancía llamada FUERZA DE TRABAJO, es claro que esta última, inclinará totalmente la balanza de la justicia a su favor.

En muchos países se ha establecido la jornada de trabajo de ocho horas, pero como el salario es bajo el trabajador sale perdiendo.

Ningún salario de hambre merece ocho horas de trabajo ni aún siquiera los buenos salarios pueden acreditar jornadas de ocho horas de trabajo porque los valores de cambio son inmensamente más ricos que el salario recibido.

No debemos olvidar que los valores de cambio son las mercancías producidas por la fuerza de trabajo da los trabajadores.

Al Capitalista no le importa un comino la balanza de la justicia. El Capitalista no tiene mas ley que la de las bestias feroces, tragar o ser tragado y eso es todo.

Al capitalista lo único que le interesa en la vida es: Primero: Dinero. Segundo: Dinero. Tercero: más dinero.

El Capitalista vive en su Ley y muere en su Ley, el Capitalista no tiene piedad por nadie, el Capitalista es cruel y despiadado.

En Muchos países la jornada de trabajo es de ocho horas pero los Capitalistas se ríen de esta ley cuando pueden.

En muchos países y al margen de la ley, los capitalistas establecen por su propia cuenta y riesgo, jornadas de diez y doce horas de trabajo, se convierten en Legisladores a su modo y para su propia conveniencia.

Dice el dicho vulgar: «El hambre tiene cara de hereje», los trabajadores con hambre tienen que aceptar las exigencias injustas del Capitalismo y sin derecho a quejarse porque se pierde el trabajo.

Conocemos infelices trabajadores que trabajan catorce y dieciséis horas continuas para ganar miserables salarios de hambre.

Este conflicto entre el capital y el trabajo se resuelve subiendo el salario a los trabajadores al doble de lo que actualmente están ganando y disminuyendo a la mitad la jornada de ocho horas de trabajo.

La Jornada de Cuatro horas de trabajo bien pagado, permitirá aumentar el número de trabajadores.

Dos turnos diarios de trabajadores, dos oleadas de gente amante del trabajo fecundo y creador crearán abundancia y prosperidad en las naciones Democráticas.

EL Partido Socialista Cristiano Latino-Americano debe organizar comités en todas las empresas con el único propósito de hacer proselitismo y luchar para resolver este problema vital entre el capital y el trabajo

El Partido Socialista Cristiano Latino Americano, no necesita ametralladoras, ni fusilamientos, ni Revoluciones de Sangre y Aguardiente.

Las armas del Partido Socialista Cristiano Latido-Americano, son los Paros totales o parciales, las huelgas de hambre, brazos caídos, no-resistencia al mal, no-violencia, trabajo demasiado lento (TORTUGUISMO), etc.

El Capital de Estado (Comunismo) cobra demasiado caro por resolver este problema del capital y el trabajo.

El Comunismo exige la pérdida de la libertad, fusilamientos, nuevas Siberias, deportaciones en masa, espionajes, espantosas organizaciones de Policía secreta, purgas sangrientas estilo Stalin, persecución a las Santas Religiones, asesinatos de Sacerdotes, violación de Monjas, destrucción de conventos, convertir a los templos en fábricas, aceptación incondicional del Materialismo abominable y Ateísta, etc., etc., etc.

EL Partido Socialista Cristiano Latino Americano no necesita las armas de la violencia para resolver todos los problemas que existen entre el Capital y el trabajo.

Peleamos con las armas de la mente que son millones de veces más potentes que los cañones, las bombas atómicas y las ametralladoras.