Capítulo 20
Ella dijo: Señor, ¿lograrán todos los hombres que conocen el misterio de la magia de todos los Regidores, de todos los Aeones del Destino y de aquéllos de la esfera en la forma en que los ángeles que violaron lo que les fue enseñado; si los invocan en los misterios, es decir, en su magia diabólica, impedir las buenas acciones?
Los bodhisattvas caídos de los Angeles, o Humanas Almas de los Espíritus Angélicos, conocen el Misterio de la Magia de todos los Arcontes de todos los Aeones del Destino.
Capítulo 21
Y sucedió, cuando Jesús concluyó de decir estas palabras, que María continuó nuevamente, diciendo: Entonces, mi Señor, ¿los adivinadores y consultores no declararán en adelante, a los hombres, lo que habrá de ocurrirles?
Y Jesús respondió a María: Si los profetizadores o adivinos, encuentran el Destino y la esfera vueltos hacia la izquierda, de acuerdo con su primera extensión, sus palabras tendrán lugar, y dirán lo que habrá de ocurrir. Pero si encuentran el Destino o la esfera vueltos hacia la derecha, sus palabras no dirán la verdad, pues yo he cambiado sus influencias y sus escuadras y sus triángulos y sus octágonos; viendo que sus influencias desde el principio y en adelante, estaban continuamente vueltas hacia la izquierda, y sus escuadras y sus triángulos y sus octágonos. Ahora he hecho que pasen seis meses vueltos hacia la derecha.
Capítulo 22
Felipe interroga a Jesús.
Sucedió entonces, cuando Jesús terminó de decir estas palabras mientras Felipe, sentado, escribía todas las palabras que Jesús hablara, que Felipe fuese adelante, cayese de rodillas y adorara los pies de Jesús, diciendo: Mi Señor y Salvador, dame autoridad para discurrir ante ti y preguntar sobre tu palabra, antes que tú discurras con nosotros lo relativo a las regiones a las que fuiste en razón de tu ministerio.
Y el compasivo Salvador respondió a Felipe: Tienes permiso de hablar lo que desees.
Y Felipe respondió, diciendo a Jesús: Mi Señor, ¿debido a qué misterio has cambiado la unión de los Regidores y sus Aeones y su Destino y su esfera y todas sus regiones, y los has confundido en confusión en cuanto a su camino y engañado su curso? ¿Has hecho esto a ellos para la salvación del mundo, o no?
Si el Señor Intimo no hubiere hecho posible el Perdón y las Negociaciones, muchos que hubieran podido ser salvados, se hundirían.
Las Negociaciones y el Perdón fueron hechos posibles para la salvación del mundo.
El Gran compasivo ama a toda la humanidad doliente.
Capítulo 23
Por qué fue cambiado el curso de los Aeones.
Y Jesús respondió a Felipe, diciéndole a él y a todos sus discípulos en conjunto: He cambiado su curso por la salvación de todas las almas. Amén, Amén os digo: Si yo no hubiese cambiado su curso, una hueste de almas habría sido destruida y habrían perdido un tiempo largo, si los Arcontes de los Aeones y los Arcontes del Destino y de la esfera y de todas sus regiones y todos sus cielos y todos sus Aeones no hubiesen sido frustrados; y las almas habrían continuado largo tiempo aquí afuera, y la terminación del número de almas perfectas se habría demorado, las cuales contarán en la Herencia del Altísimo a través de los misterios y estarán en el Tesoro de la Luz. Por esta causa he cambiado sus senderos, para que cayesen en engaño y en agitación y entregasen el poder que está en la materia de su mundo y que ellos moldean en las almas, a fin de que aquéllos que se salven puedan ser prontamente purificados y elevados, ellos y el poder eterno, y aquéllos que no se salven, puedan ser prontamente destruidos.
Incuestionablemente, el Cristo Intimo hizo posible el Perdón y las Negociaciones para que aquéllos que se salven puedan ser prontamente purificados y elevados.
El Señor ha hecho posible toda clase de Negociaciones y Perdón para que se defina la gente y que aquéllos que no se salven puedan ser prontamente destruidos.
Capítulo 24
María interroga a Jesús.
Y sucedió entonces, cuando Jesús terminó de decir estas palabras a sus discípulos, que María, la honesta en su discurso y la bendita, fue hacia delante, cayó a los pies de Jesús y dijo: Mi Señor, permíteme hablar delante de ti y no te indigne que frecuentemente te moleste interrogándote.
El Salvador, lleno de compasión, respondió diciendo a María: Habla lo que desees y yo me revelaré a ti abiertamente.
María respondió y dijo a Jesús: Mi Señor, ¿en qué forma se han demorado las almas a sí mismas aquí afuera, y cuáles serán prontamente purificadas?
Página 5 de 30