Capítulo 78
Y sucedió entonces, cuando el Primer Misterio había terminado de decir estas palabras a sus discípulos, que él dijo: "Quien haya entendido las palabras que he dicho, adelántese y explique su solución."
Santiago se adelantó y dijo: "Mi Señor, acerca de este canto que Pistis Sophía entonó, así tu luz -poder profetizó anteriormente a través de David en el séptimo Salmo:
Los Iniciados, resignados, se inclinan ante el veredicto de la Ley.
Santiago interpreta el canto con el Salmo VII.
1. Oh! mi Señor, mi Dios, en ti he colocado mis esperanzas. Líbrame de mis perseguidores y sálvame.
2. Y en verdad él nunca hubiera robado mi alma como un león, sin nadie que pudiera librar y salvar.
3. Oh! Señor, mi Dios, si yo he hecho esto, si han cometido injusticia mis manos.
4. Si yo les he pagado en la misma forma a aquéllos que me han pagado con el mal, entonces permíteme caer vacía ante mis enemigos.
5. Y permite que mis enemigos persigan mi alma, y pisoteen mi vida en el suelo y arrojen mi honor al polvo. (Selah).
6. Levántate, Oh! Señor, en tu ira, levántate para terminar con mis enemigos.
7. Levántate conforme al mandamiento que tú has mandado."
Y sucedió entonces, cuando el Primer Misterio oyó que Santiago había hablado estas palabras, que él dijo: "Bien dicho Santiago, amado mío."
Santiago, el Bendito Patrón de la Gran Obra dentro de nosotros, se resigna y aguarda el veredicto del Señor.