Capítulo 46
El arrepentimiento de Sophía aún no es aceptado. De ella se burlan los Arcontes.
Y Jesús dijo: "Bien hablado María."
Y Jesús continuó su discurso diciendo a sus discípulos: "Sucedió, cuando Pistis Sophía terminara de expresar su sexto arrepentimiento para el perdón de su transgresión, que se volvió de nuevo a la altura para ver si sus pecados le habían sido perdonados, y para ver si se la conduciría fuera del caos. Pero por mandato del Primer misterio, todavía no fue escuchada de manera que su pecado le fuera perdonado y ella fuese conducida fuera del caos. Al volverse a la luz para ver si su arrepentimiento era aceptado, vio todos los regidores de los doce aeones, burlándose de ella y regocijándose por no haber sido aceptado su arrepentimiento. Al verlos burlarse de ella, se dolió muchísimo y elevó su voz a la altura, en un séptimo arrepentimiento, diciendo:
El Primer Misterio somete al Iniciado a múltiples pruebas para bien de éste.
El iniciado es probado incesantemente.
Los Regidores de los doce Aeones comprenden la necesidad de las pruebas esotéricas y cooperan con éstas para bien del Adepto.
Los Regidores de los doce Aeones están dentro de nosotros mismos, aquí y ahora.
Séptimo arrepentimiento de Sophía.
1. - Oh! Luz, he elevado mi poder hacia ti, mi luz.
2. - En ti he tenido fe. No permitas que se mofen de mí, no dejes que los regidores de los doce aeones, que me odian, se regocijen a causa mía.
3. - Pues todo aquél que tenga fe en ti, no será puesto en vergüenza.
4. - Oh! Luz, muéstrame tus maneras y en ellas seré salvada; y muéstrame tus caminos por los que seré sacada de este caos.
5. - Y guíame en tu luz, y déjame saber, Oh! Luz, que tú eres mi Salvador. En ti confío todo el tiempo.
6. - Apresúrate a salvarme, Oh! Luz, que tu merced perdure para siempre.
7. - En cuanto a la transgresión que cometí desde el principio, en mi ignorancia, no la pongas en mi cuenta, Oh! Luz, sino sálvame a través de tu gran misterio del perdón de los pecados debido a tu bondad, Oh! Luz.
8. - Pues buena y sincera es la luz y por ello me dará la manera de ser salvada de mi transgresión.
9. - Y en cuanto a mis poderes, que me han disminuido por el miedo de las emanaciones materiales de Obstinado, los sacará poco después de tu mandato, y mostrará esos poderes en mí, que han disminuido debido a lo impío, en su conocimiento.
10. - Pues todos los conocimientos de la Luz son medios de salvación y misterios para todo aquél que busca las regiones de su herencia y sus misterios.
11. - Por el misterio de tu nombre, Oh! Luz, perdona mi transgresión que es grande.
12. - A todo aquél que confíe en la Luz, ella le dará el misterio adecuado.
13. - Y su alma habitará las regiones de la Luz y heredará su poder, el Tesoro de la Luz.
14. - La Luz da fuerza a los que tienen fe en ella; y el nombre de su misterio pertenece a los que confían en ella. Y esta les mostrará la región de la Herencia, que está en le Tesoro de la Luz.
15. - Mas yo he tenido siempre fe en la Luz, pues ella librará mis pies de las ataduras de las tinieblas.
16. - Atiéndeme, Oh! Luz, y sálvame, pues en el caos me quitaron mi nombre.
17. - Debido a todas las emanaciones, mis aflicciones y mi posesión se han multiplicado en exceso. Sálvame de mi pecado y de esta obscuridad.
18. - Mira mi pesar y mi angustia y perdona mi pecado.
19. - Vigila a los regidores de los doce aeones, que me detestan por celos.
20. - Cuida de mi poder y sálvame, y no me dejes permanecer en las tinieblas, pues he tenido fe en ti.
21. - Ellos se han mofado de mi poder, por haber tenido yo fe en ti, Oh! Luz.
22. - Ahora y por tanto, Oh! Luz, salva mis poderes de las emanaciones de Obstinado, por cuya culpa estoy angustiada."
Ahora pues, el sensato, que lo sea".
Cuando Jesús dijo esto a sus discípulos, Tomás se adelantó hasta él y dijo: "Mi Señor, yo soy sensato, completamente sensato, y mi espíritu está listo. Me regocija en extremo lo que nos has revelado. Yo, ciertamente, he sido paciente con mis hermanos hasta ahora; para no irritarte, los he dejado que cada uno viniese hasta ti y dijera su solución a cada arrepentimiento de Pistis Sophía. Ahora y por tanto, mi Señor, diré yo que, por lo tocante a la solución del sexto arrepentimiento de Pistis Sophía, tu luz poder profetizó ya, a través del Profeta David, en su Salmo Veinticuatro, como sigue:
Necesitamos elevar el poder sexual hacia la Gran Luz.
El Iniciado tiene fe en la Gran Luz.
Nunca es puesto en vergüenza quien tiene fe en la Gran Luz.
Los tenebrosos que arrebatan el poder a los iniciados permanecen en tinieblas.
Esos tenebrosos son los agregados psíquicos indeseables, viva personificación de nuestros defectos psicológicos.
La Gran Luz tiene sus caminos y su camino secreto.
Estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la Luz y muy pocos son los que lo hallan.
Difícil es el camino que conduce a la Gran Luz.
De lado y lado sólo se ven horrorosos abismos.
Muchos son los que comienzan, raros son los que logran llegar a la meta.
A veces el camino se pierde entre las arenas del desierto.
A veces el camino queda cortado por algún peligroso abismo.
A veces hay que bajar para luego reascender más tarde.
Ningún código moral, ningún precepto de ética sirve en la difícil senda.
En esta senda difícil hay que hacer siempre un inventario de sí mismo para saber qué le sobra y qué le falta.
Hay que eliminar lo que sobra, hay que conseguir lo que falta.
A veces una bella máxima o una preciosa virtud puede servir de obstáculo en el difícil camino.
Hay que conocer lo bueno de lo malo y lo malo de lo bueno y pasar más allá del bien y del mal.
Necesitamos libertarnos de las potencias del bien y del mal.
Hay que empuñar la espada de la Justicia Cósmica.
No todo lo que se cree bueno es bueno.
No todo lo que se cree que es malo es malo.
Hay mucha virtud en los malvados, hay mucha maldad en los virtuosos.
Virtud, viene de la partícula "Vir", "virilidad".
Sólo con virilidad se logran las gemas preciosas de las virtudes.
Virilidad sexual, potencia sexual, son necesarias para conseguir virtudes en la Fragua encendida de Vulcano.
Cada vez que un agregado psíquico es disuelto, una preciosa virtud surge en nosotros.
El Salvador interior profundo es luz y en él debemos confiar.
Sólo el Cristo Intimo, que es luz, puede salvarnos.
La transgresión sexual ocurrió cuando comimos del fruto del que se nos dijo: "No comeréis".
Cristo, siendo suprema obediencia al Padre, se opone a la suprema desobediencia del Adam de pecado y nos salva.
El Gran Misterio del perdón de los pecados se relaciona con el sexo.
Sólo Aquél que trabaja con la Gran Obra merece ser perdonado.
Disueltos tales o cuales elementos inhumanos dentro de nosotros mismos, merecemos el perdón por éstas o aquellas faltas.
Determinados agregados psíquicos se hallan relacionados con la Ley del Karma.
Obviamente, podrán ser desintegrados pagando su precio.
Indubitablemente, se desintegrarán tales agregados a base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios.
La Luz nos da la manera, el medio, el sistema o método para ser salvados de la gran transgresión.
Las emanaciones materiales del ego han dañado las facultades humanas.
En los antiguos tiempos, la humanidad percibía el aura de los mundos y se comunicaba con los otros habitantes de las esferas planetarias.
En el continente Lemur, otrora situado en el océano Pacífico, los seres humanos podían percibir por sí mismos y en forma directa los misterios de la vida y la muerte.
Con la transgresión sexual caímos en la generación animal y el ego surgió dentro de cada uno de nosotros.
El ego es un compuesto de diversos agregados psíquicos.
Cuando la Esencia quedó embotellada entre los agregados psíquicos, las facultades de percepción interna del ser humano se atrofiaron.
Así, las emanaciones materiales del obstinado ego dañaron las facultades internas.
Desde entonces los seres humanos quedaron atrapados en este mundo doloroso.
Disolviendo los agregados psíquicos, nuestras facultades internas resurgirán victoriosas.
Todos los conocimientos contenidos en la Luz corresponden a los Misterios.
Los Misterios de la Luz nos conducen a la Liberación final.
La Herencia perdida es el Tesoro de La Luz oculto dentro de nosotros mismos, aquí y ahora.
El Misterio del Nombre es el mismísimo Misterio del Verbo.
Cada uno de nosotros tiene su nombre sagrado.
Quien confíe en la Gran Luz recibirá iniciación en los Misterios.
Dichoso Aquél que mediante iniciaciones en los Misterios logre convertirse en habitante de las regiones de la Luz.
Aquéllos que se sumergen entre el Océano de la Gran Luz poseen el Poder y el Tesoro de la Luz.
Sólo la Luz puede librar nuestros pies de las ataduras de las tinieblas.
Quien tiene fe en la Luz será librado de las tinieblas.
En el Caos de abajo, hasta el Nombre Sagrado se olvidó.
Debido a los agregados psíquicos se multiplicaron las aflicciones.
Sólo la Luz puede salvarnos del pecado y de las tinieblas.
Los Regidores de los Doce Aeones son muy celosos en el sentido espiritual.
Esto significa, muy exigentes con nosotros; en modo alguno pueden aceptarnos ningún elemento psíquico indeseable.
Sólo la Gran Luz puede salvarnos y fortificar los poderes del Alma. El Iniciado tiene fe en la Luz.
Los Regentes de los Aeones, dentro de nosotros mismos, se burlan de nosotros y nos regañan cuando estamos trabajando o comenzando a trabajar sobre nosotros mismos.
Los Regentes de los Aeones nos dicen: "Ah! ¿Al fin queréis volver a la Luz? ¿Vais a querer desintegrar en un instante aquello que os hizo gozar durante tantos siglos? etc., etc., etc."
"¿Cómo queréis que os ayuden a desintegrar en un instante de arrepentimiento lo que os gustó durante tanto tiempo?," etc.
Así hablan los Regentes de los Aeones cuando se burlan de nosotros; así es como sufre Pistis Sophía.
Sólo la Gran Luz puede salvar nuestros íntimos poderes de las emanaciones del Obstinado ego.
Ser sensato, significa ser comprensivo en el sentido íntegro de la palabra.
Tomás es esa parte del Ser que se relaciona con el sentido íntimo de la comprensión.
Muchos análisis, reflexiones, y sobre todo, meditación y auto-reflexión evidente del Ser, son indispensables para la comprensión.
Cualquier defecto psicológico, descubierto mediante la auto-observación psicológica, debe ser previamente comprendido en todos los niveles de la mente antes de proceder a su desintegración.
Cuando uno acepta que tiene su propia idiosincrasia psicológica, de hecho comienza a auto- observarse de instante en instante.
Sólo mediante la auto- observación es posible el auto-descubrimiento.
En todo auto-descubrimiento existe auto-revelación.
Tomás es, pues, cognición, comprensión e infinita paciencia.
Los Hermanos de Tomás son los once y aún más, todas las partes autónomas y auto- conscientes del Ser.
Incuestionablemente, todas las partes del Ser están obligadas a proveer eso que se llama comprensión.
El trabajo de Tomás es muy paciente pues él está obligado a proveer eso que se llama comprensión.
Cada parte del Ser da su solución al arrepentimiento del Alma, mas sólo Tomás da la última palabra.
Tomás interpreta el séptimo arrepentimiento según el salmo XXIV.
1. - Oh Señor, hasta ti he elevado mi alma, Oh! Dios.
2. - Me he abandonado a ti; no permitas que yo sea puesto en vergüenza y que mis enemigos se mofen de mí.
3. - Pues todo aquél que espera en ti no será expuesto a la ignominia. Deja que aquéllos que cometen injusticia sin causa alguna sean puestos en vergüenza.
4. - Oh! Señor, muéstrame tus rutas y enséñame tus senderos.
5. - Condúceme por el camino de tu verdad y enséñame, pues tú eres mi Dios y mi Salvador, y en ti esperaré todo el día.
6. - Recuerda tus mercedes, Oh! Señor, y los favores de tu gracia, pues vienen de la eternidad.
7. - Mas no recuerdes los pecados de mi juventud, y los de mi ignorancia. Recuérdame según la plenitud de tu misericordia, debida a tu bondad, Oh! Señor.
8. - El Señor es bondadoso y sincero, y por tanto enseñará a los pecadores el camino.
9. - Él guiará a los tiernos de corazón en el juicio, y enseñará a los bondadosos el camino.
10. - Todos los senderos del Señor, son gracia y verdad para aquéllos que buscan su virtud y sus testimonios.
11. - Por la misericordia de tu nombre, Oh! Señor, perdona mi pecado, pues es grande en extremo.
12. -¿Quién teme al Señor? El restablecerá las leyes de acuerdo con su voluntad.
13. - Su alma permanecerá en el bien y su simiente heredará la tierra.
14. - El Señor es la fuerza de quienes le temen, y el nombre del Señor pertenece a éstos para hacerles conocer su voluntad.
15. - Mis ojos se elevan siempre al Señor, pues él retirará mis pies de la trampa.
16. - mírame y dame tu gracia, pues soy un paria, un miserable.
17. - las aflicciones de mi corazón han aumentado; sácame de mis miserias.
18. - Mira mi humillación y mi miseria, y perdona todos mis pecados.
19. - Mira a mis enemigos, cómo han aumentado y cómo me odian con odio injusto.
20. - Preserva mi alma y sálvame; no dejes que se me ponga en vergüenza, pues yo he esperado en ti.
21. - El sencillo y el sincero se me han reunido, y yo he esperado en ti, Oh! Señor.
22. - Oh! Dios, conduce a Israel lejos de todas sus aflicciones."
Debemos elevar el Alma hasta Dios.
Debemos entregarnos totalmente a nuestro Dios interior profundo.
Los enemigos que se mofan de nosotros, dentro de nosotros están.
Quien trabaja sobre sí mismo esperando en el Señor Intimo no será expuesto a la ignominia.
Es obvio que esos enemigos interiores que cometen injusticia serán puestos en vergüenza.
El Señor Intimo nos mostrará las rutas y los senderos.
Existen cuatro sendas, a saber: 1a.) La vía directa, 2a.) La espiral nirvánica, 3a.) La de aquéllos que se separan del escenario cósmico sin haber llegado al adeptado, 4a.) La de los que fracasan.
La Vía Directa es la más grandiosa, pero como los sufrimientos son mayores, los triunfos también son mayores.
En la espiral, los triunfos son menores, y por ello los sufrimientos son menores.
Rara vez se reencarnan los habitantes del Nirvana.
Los habitantes del Nirvana viven en constante felicidad y cuando toman cuerpo dan un paso adelante y vuelven a la felicidad.
Quienes renuncian a la manifestación cósmica, se sumergen entre el Espíritu Universal de la Vida después de disolver el ego pero sin haber fabricado los cuerpos existenciales superiores del Ser.
Empero, algunos de ésos que renunciaron a la manifestación, regresarán en la Edad de Oro de la futura sexta raza, ingresarán a los Misterios y se convertirán en Adeptos.
Los últimos, los fracasados, son aquéllos que después de haber cumplido sus tres mil ciclos o períodos de manifestación no lograron el Adeptado.
Cada ciclo de manifestación contiene el paso a través de los reinos mineral, vegetal, animal y humano.
En el reino humano se le asignan ciento ocho vidas a cada Alma.
Es ostensible que concluido el ciclo de las ciento ocho vidas viene el descenso a los Mundos Infiernos y la involución hasta la muerte segunda.
Los Mundos Infiernos están ubicados dentro del interior de la Tierra, en el reino mineral sumergido.
Después de la muerte segunda, la Esencia resurge a la superficie.
Cuando la Esencia resurge, inicia nuevos procesos evolutivos que recomienzan desde el escalón más bajo que es el reino mineral.
Así que cada vez que se recomienza por el mineral, se hace una espira más alta de acuerdo con la espiral de la vida.
Las leyes de la evolución y de la involución de la vida constituyen el eje mecánico de toda la naturaleza.
Quienes fracasan en los tres mil períodos de manifestación, después de la muerte segunda en la última vida del ciclo o período de tres mil, se sumergen entre el océano de la Gran Luz convertidos en simples elementales de la naturaleza.
Obviamente, estos fracasados pierden toda oportunidad.
Sin embargo, tal clase de elementales conocen el bien y el mal debido a la experiencia vivida.
La dicha para tales elementales se la tienen bien ganada debido al infinito dolor por el que hubieron de pasar en su peregrinaje por la materia.
La Auto-realización íntima del Ser nada tiene que ver con las leyes de la evolución ni de la involución.
La Auto-realización íntima del Ser es la vía de la revolución de la Conciencia, el sendero de la Gran Rebelión.
Sólo nuestro Dios Intimo puede conducirnos a la experiencia de la Verdad.
Los favores de la gracia son el Cristo Intimo y vienen de toda eternidad.
El Gran Misericordioso puede compadecerse de nosotros y auxiliarnos.
El camino secreto es enseñado por el Misericordioso que en nuestro Ser mora.
El Señor Intimo guiará nuestros pasos si somos bondadosos y tiernos de corazón.
La virtud y los testimonios que buscamos se hallarán en el sendero del Señor.
Necesitamos ser perdonados; nuestros pecados son graves.
Las leyes del Señor Interior Profundo son perfectas y deben quedar establecidas en el corazón.
Pero es necesario amar y temer al Señor.
Dichoso quien permanezca en la Luz.
El Señor Intimo es la fuerza fuerte de toda fuerza.
El Nombre del Señor, el Verbo dentro de nosotros, el real Ser del Ser, pertenece a quienes lo poseen.
Sólo los hombres cristificados poseen el Verbo encarnado, la Palabra, el Nombre del Señor.
Sólo el Señor retirará nuestros pies del abismo de perdición.
Cada uno de nos es un paria y un miserable, sólo el Señor puede salvarnos.
Sólo el Señor puede liberarnos de las miserias y dar un bálsamo precioso para sanar nuestro adolorido corazón.
Los enemigos del Alma se han multiplicado dentro de nosotros mismos.
Sólo el Cristo Intimo puede salvarnos y sacarnos del dolor.
Sólo quien sabe ser sereno, trabajar y ser paciente, puede ser salvado.
Sólo el Dios Intimo puede conducir a Israel, es decir, a todas las partes independientes y auto- conscientes, lejos de todas las aflicciones.
Sin embargo, es menester disolver los agregados psíquicos antes de llegar al Puerto de la Suprema Felicidad.
Jesús elogia a Tomás.
Cuando Jesús escuchó las palabras de Tomás, le dijo: "Bien y finalmente has hablado Tomás. Esta es la solución al séptimo arrepentimiento de Pistis Sophía. Amén, Amén te digo, todas las generaciones del mundo te bendecirán en la tierra, pues yo te he revelado esto que tú has recibido de mi espíritu, y te has vuelto comprensivo y espiritual, y entiendes lo que digo. En adelante, te llenaré plenamente de la luz y el poder del espíritu, para que desde ahora puedas comprender todo aquello que te será dicho y que habrás de ver. Dentro de poco te hablaré de la altura fuera del interior y dentro del exterior."
Jesús prosiguió en su discurso, diciendo a sus discípulos:
Quienes pretenden llegar a la liberación final sin haber eliminado previamente los múltiples elementos psíquicos indeseables que en nuestro interior cargamos van por el camino del error.
En el Oriente se conocieron grandes ermitaños o anacoretas viviendo en cavernas solitarias que a fuerza de múltiples disciplinas lograron el éxtasis, mas como no disolvieron el ego, fracasaron.
Esos anacoretas se acostumbraron a desembotellar momentáneamente la Esencia, el Buddhi. Entonces experimentaban el Sartori, el Samâdhi, mas pasada esa experiencia mística volvían como el genio de la lámpara de Aladino, a la botella.
Algunos de estos Santos desencarnaron en pleno Mahâ- Samâdhi. Sin embargo, hoy en día tales seres han retornado como personas vulgares, comunes y corrientes.
Fuertes en Shamâdi, pero al no trabajar el ego, el resultado es el fracaso.
La experiencia del Vacío Iluminador no significa la auto- realización del Vacío Iluminador.
Lo que Tomás sabe lo ha recibido del Cristo Intimo.
El extracto o sumum sintético de la doctrina de Tomás puede resumirse así: "No dependas de ideas o de conceptos ajenos, dentro de ti mismo está la real Sabiduría".
Sin embargo, antes de poder depender absolutamente de nuestro Ser Interior, debemos ser obedientes en forma total al Gurú.
Todo auténtico Gurú se pronuncia en contra de la fornicación y del adulterio.
Todo auténtico Gurú es dos veces nacido.
Todo auténtico Gurú se sacrifica por la humanidad.
Nacer, morir y sacrificarse por la humanidad son los tres factores de la revolución de la Conciencia.
El Gurú que derrama el vaso de Hermes es un falso Gurú, un Profeta falso.
El Gurú que no enseña a sus discípulos a fabricar los cuerpos solares existenciales superiores del Ser no es un Gurú idóneo en el Saber.
El Gurú que no guía a sus discípulos por el camino de la disolución del yo es un Gurú equivocado o un mago negro.
El Gurú que no sabe sacrificarse por la humanidad no es un verdadero Gurú.
Existe el espacio de arriba y el espacio interior.
El espacio de arriba es exterior con respecto a lo interior.
Más existen los exteriores de los exteriores y los interiores de los interiores.
Cualquier espacio exterior ubicado en tal o cual dimensión tiene, por oposición, su correspondiente espacio interior.