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La Pistis Sophia Develada: Capítulo 43

Capítulo 43

María interpreta las palabras de Jesús relativas a los tres testigos.

Cuando Jesús hubo concluido, dijo a sus discípulos: "El que tenga oídos para oír, que oiga".

María se adelantó de nuevo, dio unos pasos a mitad de la reunión y se colocó junto a Felipe, diciendo a Jesús: "Mi Señor, la luz que mora en mí tiene oídos y yo estoy pronta a escuchar a mi poder; he comprendido la palabra que has pronunciado. Ahora pues, mi Señor, escucha mi sincero discurso, tú, que nos has dicho: "El que tenga oídos para oír, que oiga".

"Como has dicho a Felipe: "Sois tú y Tomás y Mateo a quienes el Primer Misterio manda escribir todos los discursos del reino de la Luz y ser testigos", escucha entonces y que yo proclame la solución de esas palabras. Son las que tu poder luz profetizó antes a través de Moisés: "Todo asunto se establecerá mediante tres testigos". Los tres testigos son Felipe, Tomás y Mateo".

Felipe interpreta el quinto arrepentimiento a partir del Salmo LXXXVII.

1. - Señor, Dios de mi salvación, día y noche te he llamado.

2. - Déjame llorar ante ti; inclina tu oído a mi súplica, Oh! Señor.

3. - Pues mi alma está llena de maldad y he sido arrastrado al mundo inferior.

4. - Me cuento entre aquéllos que han bajado a la fosa; soy como un hombre que no tiene quien le ayude.

5. Los libres entre los muertos son como los asesinados a quienes se arroja lejos y duermen en las tumbas, a quienes tú no recuerdas más y son destruidos por medio de tus manos.

6. - Me han puesto en una fosa inferior, en la obscuridad y las sombras de la muerte.

7. - Tu ira se ha apagado y tus cuidados me han llegado. (Selah)

8. - Tú has alejado de mí a mis amigos y ellos me han hecho abominable a sus ojos. Me han abandonado y yo no puedo salir de aquí.

9. - Mi vista se ha oscurecido en mi miseria; te he llamado, Oh! Señor, todo el día, y he elevado hacia ti mis brazos.

10. - ¿Acaso no harás maravillas en los muertos? ¿Acaso los médicos no se levantan y te confiesan?.

11. - ¿Acaso no proclaman tu nombre en las tumbas?.

12. - ¿Y tu virtud en una tierra que has olvidado?.

13. - Mas yo te he llamado, Oh! Señor, y mi oración te alcanzará en la mañana.

14. - No vuelvas tu rostro de mí.

15. - Pues soy miserable, y sufro desde mi juventud. Y cuando me exalto a mí mismo, me humillo y me levanto.

16. - Tus enojos han llegado a mí y tus terrores me han llevado a engaño.

17. - Me han rodeado como el agua; han hecho presa de mí durante todo el día.

18. - Has alejado a mis compañeros de mí y a mis amistades de mi miseria.

Esta es pues la solución al misterio del quinto arrepentimiento que Pistis Sophía pronunciara cuando estuvo oprimida en el caos".

El Cristo Intimo es el Instructor del Mundo.

El Cristo Intimo es nuestro Salvador Interior.

Arrepintámonos y lloremos por nuestros errores.

Todos nosotros, en verdad, hemos sido arrastrados al mundo inferior.

Estamos entre aquellos que han bajado a los Mundos Infiernos.

Quienes aún se creen libres son meras víctimas del ego.

En la fosa inferior, en el reino de Plutón, bajo la epidermis de la Tierra, se sufre horriblemente.

Dichoso quien logre morir en sí mismo, aquí y ahora.

Ese no verá entonces la Muerte Segunda.

Sólo muriendo en sí mismos, a base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios, podrá liberarse Pistis Sophía.

El Iniciado que pasa por la aniquilación de sí mismo llega a la Iluminación total.

El Iniciado, voluntariamente es colocado en una fosa inferior, desea morir, quiere morir.

El Señor puede realizar maravillas con los muertos.

Dichosos aquéllos que mueren porque serán levantados en el Señor.

El Nombre del Señor será proclamado en los sepulcros de aquéllos que mueran en sí mismos.

Somos pobres y miserables, desnudos y perversos, pero nos creemos santos y poderosos.

El Señor interior profundo amonesta al Iniciado.

Estamos mal acompañados y el Señor alejará de nosotros las malas compañías.

Las malas compañías dentro de nosotros están.

Las malas compañías son los agregados psíquicos perversos que en nuestro interior cargamos.

Los compañeros perversos son muertos gracias al Señor.

Muertos nuestros perversos compañeros, Pistis Sophía es liberada.

De nada serviría poseer toda la erudición de este mundo si no se muriera en sí mismo.

Quebrantar los agregados psíquicos sólo es posible en la Forja de los Cíclopes, en pleno coito químico.

Hombre-Mujer, sexualmente unidos, están rodeados de terribles fuerzas cósmicas.

Hombre-Mujer, sexualmente unidos, están rodeados de las terribles fuerzas que pusieron en existencia el Universo.

El hombre es la fuerza positiva, la mujer es la fuerza negativa. La fuerza neutra las concilia a ambas.

Si las tres fuerzas se dirigen contra un agregado psíquico, éste se reduce a polvareda cósmica.

El hombre, en pleno coito químico, debe ayudar a su mujer, tomando los agregados psíquicos de ella como si fuesen propios.

La mujer debe tomar los agregados psíquicos del hombre como si fuesen de ella.

Así, las fuerzas positiva, negativa y neutras, se dirigirán contra cualquier agregado, debidamente unidas.

Esa es la clave para desintegrar los agregados psíquicos.

Hombre- Mujer, unidos sexualmente, deben orar pidiendo a la Virgen del Mar, Devi Kundalini, desintegre tal o cual agregado psíquico previamente comprendido a fondo.

Si el hombre quiere desintegrar un agregado psíquico, sea de odio, lujuria, celos, etc., clamará a la Divina Madre Kundalini rogándole desintegre tal agregado, y su mujer, le ayudará con la misma súplica como si el agregado fuera de ella.

Así también procederá el hombre con los agregados psíquicos de su mujer, tomándolos como propios.

La totalidad de las fuerzas del hombre y de la mujer, durante la cópula metafísica, debe dirigirse, ya hacia los agregados psíquicos del hombre, ya hacia los de la mujer.

Así acabaremos con el Ego.

Esta es la clave para liberar a Pistis Sophía.

No olvidemos que durante el coito químico, el hombre y la mujer unidos, son en verdad un Andrógino divino omnipotente y terrible.