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Mi Regreso al Tibet: Capitulo 20.- La Bella Selene

LA BELLA SELENE

Noticias alarmantes de última hora enfatizan la idea de que tanto TIRIOS como TROYANOS, están a punto de ALUNIZAR.

Cierto escritor muy inteligente decía: "Cuando el hombre llegue a la luna, deberá desposeerse de patrias y de banderas; de armas destructoras y de ambiciones imperialistas; llevará sí la conciencia de su humanidad, y sus mejores equipos científicos para la investigación de la verdad, de lo que haya dentro de los "circos", mares y elevadas montañas de Selene, con miras a surtir a la tierra de los metales y recursos en general, que de la superficie lunar pueda extraerse. Sería inicuo y criminal aprovechar tales recursos para fines de guerra, haciendo valer derechos de conquista y pretendiendo la posesión para uno o dos países tan solo de superficie lunar estableciendo "Pequeñas Américas" o "Pequeñas Rusias".

A la Luna no habremos de llevar supuestas superioridades raciales, ni el predominio de las naciones fuertes sobre las débiles. Y de llegar a establecer colonias "Selenitas" no serían estas ergástulas ni presidios, sino comunidades donde el cooperativismo, la fraternidad y el sacrificio mutuo, serán las condiciones de una supervivencia precaria y quizás dolorosa en sus principios".

Palabras bellas, magníficas intenciones, sublimes votos. Desgraciadamente la cruda realidad de la vida es diferente; tales frases son como para ángeles y nosotros somos perversos demonios.

¡Que Dios bendiga los sublimes anhelos de ese autor!. ¡Bien quisiéramos que todas las gentes pensaran como él!. Desgraciadamente la cosa es muy diferente. La maldad en este caso comienza precisamente con la "TORRE DE BABEL", el absurdo sistema de COHETES CÓSMICOS, producto vital de la ignorancia. Naves extraterrestres tripuladas por gentes de otros mundos, seria lo indicado, pero esto exige un esfuerzo mayor y es ostensible que los terrícolas odian mortalmente el camino recto.

Reducir a polvo el YO psicológico, hacer méritos, eliminar las guerras abolir fronteras, etc., resulta abominación para los malvados y es obvio que estas son las condiciones fundamentales de la navegación cósmica. Cualquier humanidad planetaria que llene estos requisitos recibe las naves cósmicas, (platillos voladores.) El sistema, de COHETES es violatorio de Ley. Viejas tradiciones antiquísimas dicen que los TITANES atlantes, quisieron asaltar el cielo y fueron fulminados por el rayo terrible de la Justicia Cósmica.

Nosotros los terrícolas de este siglo, estamos ahora al final de una nueva encrucijada, el encuentro personal con los GENIOS se hace inevitable, tal evento podría realizarse en SELENE o en MARTE, en todo caso los hechos hablarán por sí solos. Ya llegará el momento de escuchar condiciones; estamos ante el dilema del ser o del no ser de la filosofía.

"Las profecías como han sido escritas, deberán cumplirse por un camino o por otro. O el reino de los cielos se establece en la tierra o el aniquilamiento de sus habitantes será el resultado inevitable".

"La elección descansa en el hombre mismo. Pero la responsabilidad inicial descansa sobre los hombros de los líderes espirituales de todo el mundo".

Estas afirmaciones del presente «Mensaje de Navidad 1969-1970», en otro tiempo hubieran causado risa, pero ahora todo es diferente, TIRIOS y TROYANOS están a punto de alunizar.

Es cierto que se inventarán COHETES CÓSMICOS cada vez más poderosos y que muchas gentes viajarán a la LUNA en las futuras décadas.

Es incuestionable que la GRAN RAMERA exportará a SELENE todas sus abominaciones. Resulta patente, claro y manifiesto, que en nuestro vecino satélite, los terrícolas establecerán hoteles, viviendas de todo tipo, cabaret, casas de juego, burdeles, etc.

La noche lunar, de cerca de catorce días continuos, es evidente que dará a los turistas un espectáculo maravilloso. La atmósfera lunar negada enfáticamente por los astrónomos, existe en verdad aunque en forma muy enrarecida. Es indubitable que la NO-EXISTENCIA de una atmósfera LUNAR igual a la terrestre, realmente no es óbice para que nuestro vecino satélite posea una cierta "IONOSFERA".

Resulta ostensible que el campo IONOSFÉRICO LUNAR posee poco espesor, permitiendo, sin embargo, la producción de fenómenos luminosos de naturaleza termoeléctrica, que pueden explicar por sí solos la aparición de manchas variables y de puntos de gran luminosidad o brillo, observables en las noches de luna llena.

La descomposición de los electrones y de los iones, en positrones y megatones o antipositrones, es evidente que nos acerca al conocimiento intimo de esas maravillosas zonas electromagnéticas, de gran conductibilidad eléctrica. La atmósfera lunar muy tenue o rala podrá ser mejorada artificialmente con medios y procedimientos científicos adecuados.

"El cuerpo celeste que ha sido motivo de fascinación para la humanidad, arrancó esta primera impresión de Lowell: "Parece yeso o arena de playa de color grisáceo". La luna tal como fue captada por La Apolo 8 y enviada a la tierra, fue descrita por los astronautas norteamericanos como vasta desolada e impenetrable, algo así como una piedra pómez gigantesca. Es ostensible y manifiesto que la Luna es un mundo muerto, un cadáver cósmico."

Resulta ostensiblemente ridícula aquella afirmación absurda de que la luna es un mundo en nacimiento. Es un despropósito afirmar que la luna es un pedazo de tierra lanzado al espacio. Resulta evidente que en algunos lugares muy remotos de la corteza lunar, aún existen residuos muy incipientes de vida vegetal y animal. Es incuestionable que bajo el subsuelo lunar existen en algunos lugares posibilidades de agua. Muy pronto podrán los exploradores del suelo selenita evidenciar la realidad de aquel puente de que nos habla Keyhoe, cuya observación atribuye a J. O. Neill, editor en ciencias del periódico HERALD TRIBUNE.

Es claro que tal puente fue puesto por criaturas inteligentes, no es pues un simple fenómeno natural. La luna es el satélite de la tierra exclusivamente dentro de la mecánica celeste. Considerando esto desde un punto de vista más filosófico podemos y hasta debemos enfatizar la idea de que la tierra es el satélite de la luna.

Por sorprendente que parezca esta insólita declaración, no dejan de confirmarla hasta la saciedad los conocimientos científicos. Son evidencias notables en favor de ello las mareas, los cambios cíclicos en muchas formas de enfermedades que coinciden con las fases lunares; puede observarse en el desarrollo de las plantas, y es muy marcada su influencia en los fenómenos de la concepción y gestación humanas. La luna como cualquier mundo del espacio infinito, nació, creció, envejeció y murió.

La luna fue un planeta vivo en el pasado Gran día Cósmico; entonces tuvo rica vida mineral, vegetal, animal y humana. La luna es la madre de la tierra y gira incesantemente en torno de su hija como si fuese en verdad un satélite... La luna es, pues, quien representa el papel principal y de mayor importancia, tanto en la formación de la tierra misma, como en lo referente a poblarla de seres humanos.

Es indubitable que la luna madre al exhalar su último aliento transfirió a su hija (LA TIERRA), todos sus poderes vitales. Bajo el subsuelo lunar podrán los arqueólogos descubrir ruinas de gigantescas ciudades que otrora existieron en el pasado MAHAMVANTARA. Es evidente que la luna podrá ser utilizada, como plataforma cósmica para futuros viajes a otros mundos habitados.

Cualquier JIVANMUKTA o MAHATMA podrá verificar por sí mismo precedentes manifestaciones en el mundo lunar. Es ostensible que la luna fue en otros tiempos la morada de los selenitas. No resulta difícil comprender que en la corteza lunar evolucionaron e involucionaron siete razas humanas. De acuerdo con la sabia ley de la Recurrencia que se procesa siempre en todos los mundos, es obvio que la primera raza selenita humana fue una generación gigante.

Basados en esa citada ley podemos comprender sin mucha dificultad, que las últimas familias de Selene fueron liliputienses, demasiado pequeñas de estatura. Es incuestionable el regreso Involucionante de la humanidad selenita hasta el estado germinal elemental primitivo. El reposo de los gérmenes elementales durante el gran Pralaya, es de hecho un axioma de la Sabiduría antigua.

La ley del eterno retorno hizo posible el nuevo desarrollo de los gérmenes elementales de la vida. La ley de recurrencia repitió todo el proceso evolucionante e Involucionante de tales gérmenes lunares aquí en el planeta tierra. (Recordemos que nuestro mundo es hijo de Selene.) Si todo se repite, es indudable que toda la historia de la humanidad terrícola es una repetición en el tiempo de los anales de Selene. En un futuro remoto la humanidad terrestre habrá regresado al estado germinal elemental primitivo; entonces la tierra, será una nueva luna.