LA VIDA
Aunque parezca increíble, es muy cierto y de toda verdad, que ésta tan cacareada civilización moderna es espantosamente fea, no reúne las características trascendentales del sentido estético, está desprovista de belleza interior.
Es mucho lo que presumimos con esos horripilantes edificios de siempre, que parecen verdaderas ratoneras.
El mundo se ha vuelto tremendamente aburridor, las mismas calles de siempre y las viviendas horripilantes por doquier.