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Didáctica del Autoconocimiento: Capitulo 7.- La Organización de la Psiquis

LA ORGANIZACIÓN DE LA PSIQUIS

Tras la creencia ciega, tras de la incredulidad y el escepticismo, se esconden muchos matices de falsa moral y muchos conceptos equivocados de falsa respetabilidad, a cuya sombra se robustece el YO.

Vamos a dar comienzo a nuestra cátedra. Podríamos denominarla Intuición.

Antes que todo hemos de empezar por la base: el Hombre. ¿De dónde venimos? ¿Para donde vamos? ¿Cuál es el objeto de nuestra existencia? ¿Para qué existimos? ¿Por qué existimos?

He ahí una serie de interrogantes que debemos aclarar y resolver. Nace un niño y de hecho recibe el cuerpo físico en forma gratuita, es obvio. Un cuerpo maravilloso con unos 15.000 millones de neuronas a su servicio. Nada le ha costado.

Conforme el niño va creciendo la Mente Sensual se va abriendo poco a poco. Esta última, en sí misma y por sí misma, informa mediante las percepciones sensoriales externas. Y es precisamente con los datos aportados por estas percepciones, como la Mente Sensual elabora siempre sus conceptos de contenido, motivo por el cual ella jamás puede saber algo sobre lo Real. Sus procesos razonativos son subjetivos, se mueven dentro de un círculo vicioso: el de las percepciones sensoriales externas, eso es obvio.

Ahora comprenderán ustedes un poco mejor lo que es la Razón Subjetiva en sí misma, mas ha de hacerse una plena diferenciación entre Razón Subjetiva y Razón Objetiva.

Es obvio que el niño tiene que pasar por todos los procesas educacionales, Kinder, Primaria, Secundaria, Universidad. La Razón Subjetiva se nutre con todos los datos que las distintas Instituciones Escolásticas le aportan. Mas es verdad que ningún Instituto Docente podría dar al niño, o al joven, o al adolescente, datos exactos sobre Eso que no es del tiempo, sobre eso que es lo Real.

En verdad que las especulaciones de la Razón Subjetiva vienen a conducir pues, a lo intelectual, al terreno absurdo, dijéramos, del utopismo. O en el mejor de los casos, de las simples opiniones de tipo subjetivo, mas nunca a la Experiencia de la Verdad, de eso que no es del tiempo.

En cambio la Razón Objetiva, que desgraciadamente no recibe ninguna instrucción, para la cual no hay escuelas, permanece siempre abandonada. Indubitablemente los procesos razonativos de la Razón Objetiva, obviamente, nos conducen, dijéramos, a postulados exactos y perfectos. Pero el niño, de sitio a sitio, es educado subjetivamente; para él no existe ninguna forma de instrucción superior.

Los datos que los sentidos aportan a la Mente Subjetiva del adolescente, a la Mente Sensual dijéramos, todas las cuestiones escolásticas, de familia, etc., son meramente empíricos y subjetivos, y eso es lo lamentable.

En principio el niño no ha perdido todavía la capacidad de asombro. Obviamente él se asombra ante cualquier fenómeno. Un hermoso juguete despierta en él ese asombro y se divierten los niños con sus juguetes. Conforme va creciendo, conforme su Mente Sensual va recibiendo datos de la escuela, del colegio, su capacidad de asombro va desapareciendo y, al fin, llega el instante en que el niño se convierte en joven y el joven ya ha perdido por completo esa capacidad.

Desafortunadamente, los datos que uno recibe en los colegios, en las escuelas, en los centros educacionales, sólo sirven, como ya dije, para nutrir la Mente Sensual, pero nada más. En esa forma y con esos sistemas de educación actuales, lo único que realmente se logra es forjarnos en la escuela, en la academia, en la universidad, una personalidad artificiosa.

Téngase en cuenta que en realidad, de verdad, los conocimientos que se estudian en Humanidades, jamás servirán para formar al Hombre Psicológico. En nombre de la Verdad hemos de decir claramente, que las materias que se estudian actualmente en los Institutos Docentes no tienen relación alguna con las distintas partes del Ser. Por eso es que sólo sirven para:

Primero: falsear los cinco cilindros de la Máquina Orgánica.

Segundo: quitarnos la capacidad de asombro.

Tercero: desarrollar la Mente Sensual.

Cuarto: forjar en nosotros una personalidad falsa.

Y eso es todo. Así pues, que se entienda claramente que la Mente Sensual en forma alguna podría producir en nosotros una transformación radical. Es conveniente entender que la Mente Sensual, por muy culta que parezca, nunca podrán sacar a uno de la automatización y de la mecanicidad en que se encuentra toda la gente, todo el mundo.

Una cosa es el hombre meramente animal, es decir, el «Animal Intelectual» y otra cosa en verdad muy diferente, por cierto, es el verdadero Hombre Psicológico. Al citar la palabra Hombre, incluyo también, naturalmente, a la mujer v esto se debe sobrentender claramente.

Nacimos con un cuerpo físico maravilloso pero en realidad, de verdad, necesitamos hacer algo más. Formar el cuerpo físico no es difícil, lo heredamos, pero formar el Hombre Psicológico sí es difícil. Para formar el cuerpo físico no necesitamos trabajar sobre sí mismo, pero para formar al Hombre Psicológico, si debemos Trabajar en sí mismos, eso es obvio. Se trata, pues, de organizar la Psiquis que está desordenada para crear al Hombre Psicológico que es el verdadero Hombre en el sentido más completo de la palabra.

Decía el Maestro Gurdjief que la Máquina Orgánica no tiene ninguna Psicología. Tengo que disentir bastante de él en esa cuestión. Sí existe Psicología en cualquier Máquina Orgánica equivocadamente llamada Hombre, lo que sucede es que está desorganizada y esto es distinto. Organizar esa Psicología dentro del «Animal Intelectual» es lo urgente, lo inaplazable, lo impostergable, si es que queremos, en verdad, crear al verdadero Hombre que es el Hombre Psicológico.

Distíngase pues, entre el Animal Intelectual, equivocadamente llamado Hombre, y el verdadero y auténtico Hombre Psicológico. Nosotros necesitamos Trabajar sobre sí mismos, si es que queremos crear a tal Hombre. Sin embargo, hay lucha en nosotros, la Mente Sensual es enemiga declarada de la Mente Superior.

La Mente Sensual se identifica con cualquier circunstancia. Si por ejemplo, de pronto nos hallamos en un banquete opíparo y nos identificamos tanto con las viandas que nos convertimos en glotones o nos identificamos tanto con el vino que terminamos embriagados, si encontramos en nuestro camino una persona del sexo opuesto, fascinante, interesante, nos identificamos tanto con aquella que al fin terminamos nosotros en fornicarios o convertidos, simplemente, en adúlteros. En estas circunstancias y de este modo, no es posible crear al Hombre Psicológico.

Si por alguna parte hemos de empezar el Trabajo de crear al Hombre Psicológico, será en realidad de verdad, trabajando sobre si mismos, no identificándonos jamás con ninguna circunstancia y Auto-Observarnos de instante en instante, de momento en momento.

Hay quienes yerran el camino, existen sociedades, escuelas, órdenes, logias, religiones, sectas, que pretenden organizar la Psiquis humana mediante ciertas máximas que llamaríamos «de Oro», comunidades que pretenden mediante tal o cual máxima conseguir algo que ellos llamarían purificación, santidad, etc. Todo esto es urgente analizarlo.

Es obvio que una máxima cualquiera de tipo ético, religiosa, nunca podría servir de patrón para los distintos aconteceres de la vida. Una máxima estructurada con Lógica Superior como la lógica de Ouspenski, por ejemplo, en verdad que jamás podría crear un nuevo Cosmos, ni una nueva Naturaleza. Supeditarnos estrictamente a una máxima con el propósito de organizar nuestra Psiquis, sería absurdo, significa convertirnos en esclavos, obviamente.

De manera que conviene que reflexionemos sobre muchos catálogos éticos y códigos morales tenidos como "máximas de Oro". Además, es tanto lo que hay que analizar antes de poder entrar uno en el Trabajo de organizar la Psiquis, que incuestionablemente un enunciado demostrativo, por ejemplo, por muy rico que él fuese y perfecto, podría ser falso y lo que es peor, intencionalmente falso.

Así que al intentar nosotros una transformación de sí mismos, tenemos que volvernos un poco más individuales. No quiero decir egoístas, sobreentiéndase esto como aprender a pensar mejor y en una forma más independiente y perfecta que muchas sentencias sagradas, «máximas de Oro», como ya dije, aforismos que todo el mundo considera perfectos, pero que no podrían servir de patrón de medida para conseguir una transformación auténtica y una organización de la Psiquis dentro de nosotros.

Se trata de organizar la Psiquis interna y tenemos que salir de tanto racionalismo de tipo subjetivo e ir, como se dice, al grano, a los hechos. Afrontar nuestros propios errores como son, no querer nunca justificarlos, no tratar de huir de ellos, no intentar disculparlos. Se necesita que nos volvamos más serios en la analítica, tenemos que ser, dijéramos, más juiciosos, más comprensivos.

Si en verdad no buscamos escapatorias, entonces sí podemos Trabajar sobre sí mismos para conseguir la organización del Hombre Psicológico y dejar de ser meros «Animales Intelectuales» como hasta ahora somos.

La Auto-Observación Psicológica es básica. Se necesita en verdad Auto-Observarnos de instante en instante, de segundo en segundo. ¿Con qué objeto?; uno ¿Cuál? Descubrir nuestros defectos de tipo psicológico. Pero descubrirlos en el terreno de los hechos, observarlos directamente, juiciosamente, sin evasivas, sin disculpas, sin escapatorias de ninguna especie.

Una vez que un defecto ha sido descubierto, entonces, y solo entonces, podemos nosotros comprenderlo, y al intentar comprenderlo debemos, repito, ser severos consigo mismos. Muchos cuando intentan comprender un error lo justifican o lo evaden o lo esconden de sí mismos. Eso es absurdo. Hay también algunos hermanitos gnósticos que al descubrir tal o cual defecto en sí mismos comienzan con su Mente, dijéramos teórica, a hacer especulaciones. Eso es gravísimo. Porque como ya dije, y lo repito ahora en este momento, las especulaciones de la Mente meramente subjetivas van a desembocar, forzosamente, en el terreno del UTOPISMO; eso es claro.

Así pues, si se quiere entender un error, las especulaciones meramente subjetivas deben ser eliminadas, y para que sean eliminadas se necesita haber observado el error directamente; sólo así, mediante una correcta observación, es posible corregir la tendencia a la especulación.

Una vez que uno ha Comprendido íntegramente cualquier defecto psicológico en todos los Niveles de la Mente, entonces sí puede darse el lujo de quebrantarlo, de desintegrarlo, de reducirlo a cenizas, a polvareda cósmica. Sin embargo, no debemos olvidar nunca que la Mente, por sí misma, no puede alterar radicalmente ningún defecto, nunca.

La Mente, por sí misma, puede rotular cualquier defecto con distintos nombres, puede pasarlos de un Nivel a otro, esconderlo de sí misma, esconderlo de los demás, pero nunca desintegrarlo.

Muchas veces he hablado aquí, les he dicho que necesitamos de un poder que sea superior a la Mente, de un poder que en verdad pueda reducir a cenizas a cualquier defecto de tipo psicológico.

Afortunadamente ese poder existe en el fondo de nuestra Psiquis, me refiero claramente a Stella Maris, la Virgen del Mar, una variante de nuestro propio Ser, pero derivada o derivado.

Si nosotros nos concentramos en esa fuerza variante que existe en nuestra Psiquis, esa fuerza que algunos pueblos la denominaron Isis, y otros Tonantzín y aquellos Diana, etc., seremos asistidos; entonces el defecto en cuestión puede ser reducido a polvareda cósmica.

Cualquier Agregado Psíquico, viva personificación de tal o cual error, una vez que ha sido desintegrado, libera algo, eso se llama ESENCIA. Es claro, que dentro de cualquiera de esas «botellas», conocidas como Agregados Psíquicos, existe Esencia o Conciencia Anímica enfrascada. Al quebrantarse este o aquel error, el porcentaje de Esencia allí depositado o embotellado es liberado.

Cada vez que un porcentaje de Esencia Buddhica es liberado, aumenta de hecho y por derecho propio el porcentaje de Conciencia. Y así, conforme nosotros vamos quebrantando los Agregados Psíquicos, el porcentaje de Conciencia despierta se irá multiplicando, y cuando la totalidad de los Agregados Psíquicos sean reducidos a cenizas, la Conciencia habrá despertado también en su totalidad.

Si tan sólo hemos quebrantado un 50% de elementos psíquicos inhumanos indeseables, poseemos obviamente un 50% de Conciencia Objetiva despierta.

Mas, si nosotros conseguimos quebrantar el ciento por ciento de los Agregados Psíquicos indeseables, lograremos de hecho y por derecho propio, un ciento por ciento de Conciencia Objetiva. Así, a base de multiplicaciones incesantes, nuestra Conciencia irá resplandeciendo cada vez más, eso es obvio.

Lograr el absoluto despertar es lo que queremos nosotros. Es posible si marchamos por el camino correcto; de lo contrario, no sería posible lograrlo, eso es claro.

En todo caso, a medida que nosotros vayamos quebrantando los elementos psíquicos indeseables que en nuestro interior cargamos, distintos SIDDHIS o Facultades Luminosas irán aflorando en nuestra Psiquis, y cuando se haya conseguido la Aniquilación Budhista, entonces, en verdad habremos conseguido la más absoluta Iluminación.

Esta palabra «Aniquilación Budhista» molesta mucho a determinadas organizaciones de tipo seudo-esoteristas y seudo-ocultistas. A nosotros en vez de fastidiarnos tal palabra nos agrada realmente, conseguir el ciento por ciento de Conciencia es algo anhelable.

Son muchos los que quisieran tener la Iluminación, son muchos los que se sienten amargados, los que padecen entre las Tinieblas, los que sufren por las distintas circunstancias amargas de la vida.

La Iluminación es algo muy anhelable, pero la Iluminación tiene una razón de ser. La razón de ser de la Iluminación es el DHARMADHATU. Esta palabra de tipo sánscrito sonará un poco extraña a los oídos de los aquí presentes. DHARMADHATU viene de la raíz DHARMA.

Podría alguien desintegrar los elementos psíquicos indeseables que en nuestro interior cargamos, sin embargo, no por ello lograría la Iluminación radical. Aquí entra en juego eso que se llama el Tercer Factor de la Revolución de la Conciencia, el del Sacrificio por la Humanidad.

Si no nos sacrificamos por la humanidad no sería posible conseguir la Iluminación absoluta porque, repito, la razón de ser de la Iluminación es el DHARMADHATU.

Es obvio que si desintegramos el Ego, se nos paga. Es cierto y de toda verdad, que si creamos los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, se nos paga. No podemos negar que si nosotros nos sacrificamos por nuestros semejantes se nos paga, todo eso es indubitable.

Para conseguir la Iluminación absoluta se necesita Trabajar con los Tres Factores de la Revolución de la Conciencia: Nacer, es decir, crear los Vehículos Existenciales Superiores del SER; Morir, desintegrar el Ego en su totalidad, y Sacrificio por la Humanidad. He ahí los Tres Factores de la REVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA.

Pero como les decía a ustedes, tenemos que saber Trabajar sobre sí mismos, eso es obvio. Necesitamos organizar al Hombre Psicológico dentro de sí mismos. Primero que todo, antes de conseguir nosotros la Iluminación absoluta, el Hombre Psicológico debe nacer en nosotros. Y nace en nosotros cuando se organiza la Psiquis.

Hay que organizar la Psiquis dentro de sí mismos, aquí y ahora. Si nosotros Trabajamos correctamente, organizamos la Psiquis. Por ejemplo: si no malgastamos las energías del Centro Emocional, si no malgastamos las energías de la Mente, o las del Cerebro Motor-Instintivo-Sexual, es obvio que con tal reserva creamos o venimos a crear, a dar forma, al segundo Cuerpo Psicológico en nosotros, el Cuerpo de las Emociones, denominémoslo EIDOLÓN.

Es indubitable que si nosotros nos libertamos de la Mente Sensual conseguiremos en realidad, de verdad, ahorrar energías intelectuales con las cuales podríamos nutrir al tercer Cuerpo Psicológico ó MENTE INDIVIDUAL. Al pronunciarme contra la Mente Sensual, quiero que entiendan claramente los hermanos que no dejo de reconocer la utilidad de la Mente Sensual y que necesitamos vivir en perfecto equilibrio, saber manejar la Mente Superior y saber usar la Mente Sensual.

Porque si uno no sabe usar la Mente Sensual, se olvida de que tiene que pagar la renta, se olvida de que debe comer para existir, se olvida de que tiene que vestirse, anda por las calles en el más completo desaliño, no cumple uno con sus deberes en la vida. Entonces, la Mente Sensual es necesaria. Pero hay que saberla manejar inteligentemente, con equilibrio; es decir, la Mente Superior y la Mente Sensual deben equilibrarse en la vida, eso es obvio.

Hay gentes que se preocupan únicamente por la Mente Superior, por ejemplo determinados eremitas que viven en cavernas en los Himalayas, y olvidan que tienen una Mente Sensual.

Se necesita que la Mente Sensual funcione en forma equilibrada para cumplir uno con sus deberes en la vida.

La pugna entre la Mente Superior y la Sensual es espantosa. Recordemos nosotros al Cristo cuando estuvo en su ayuno en el desierto. Se le presenta un demonio y le dice: «Todos estos reinos del mundo te los entregaré si te arrodillas y me adoras». Es decir, la Mente Sensual tentándolo. Y responde la Mente Superior diciendo: «Satán, Satán, escrito está, al Señor tu Dios adorarás y a él solo obedecerás».

No se dejó Jesús dominar por la Mente Sensual pero esto no quiere decir que no sea útil tal Mente. Lo que sucede es que hay que tenerla bajo control, debe marchar en perfecto equilibrio con la Mente Superior.

Al tratar de organizar al Hombre Psicológico, obviamente sucederá una pugna espantosa entre las dos mentes, entre la Superior, la Psicológica y la Sensual. La Mente Sensual no quiere nada que se relacione con la Mente Superior. La Mente Sensual goza cuando se identifica con una escena de lujuria o cuando se identifica con un acontecimiento doloroso en la calle o cuando se identifica con una copa de vino, etc. La Mente Psicológica se opone violentamente.

Voy a ilustrar esto con un ejemplo. Iba de pronto en un coche, alguien conducía el automóvil, marchábamos por el carril izquierdo de una calle. Por el carril derecho, una dama conducía otro vehículo. De pronto sucede, que el automóvil que conducía aquella dama cambia de dirección, intenta meterse a un supermercado. Es obvio que yendo por la derecha debía girar para alguna parte para meterse en él. Si el supermercado hubiera estado a su derecha, pues se hubiera metido hacia la derecha. Pero desafortunadamente, estaba a su izquierda. Y el carril izquierdo estaba ocupado por el carruaje en el que nosotros viajábamos.

No le importa a aquella dama absolutamente nada y definitivamente gira hacia la izquierda y claro, viniendo a chocar con el coche en el que nosotros íbamos. Los daños no fueron graves, fueron mínimos para aquel otro automóvil. Pero aquí viene lo interesante.

Como quiera que en el coche en que viajara mi insignificante persona, el conductor reconoció no tener la culpa, y en verdad no la tenia, él no era culpable de que otro vehículo se le metiera por delante, girando violentamente en momentos en que él circulaba. Naturalmente alegó eso a la dama en cuestión. La dama insistía en tener su razón, claro. Su razón era manifiestamente absurda y cualquier perito de tráfico la hubiera descalificado de inmediato.

Sin embargo, ella insistía en llamar al Seguro para arreglar el problema. Después de unas dos horas, el Seguro no llegaba, la dama insistía en que se le pagaran unos 300 pesos que costaba el daño, la reparación de su vehículo que ella misma había destruido.

Los ocupantes del coche en que viajaba y su conductor, definitivamente estaban airados en gran manera y aunque cualquiera de ellos hubiera podido pagar, no estaban dispuestos a hacerlo, tal era la ira que tenían.

Por mi parte, resolví no identificarme en aquella circunstancia, pues nuestra disciplina psicológica, nuestro Yudo Psicológico, nos indica que en tales casos uno no debe identificarse: es obvio que permanecí sereno de acuerdo con nuestro Yudo Psicológico.

Bueno, pero el tiempo se pasaba, dos horas y posiblemente muchas más tendríamos que aguardar pues el Seguro no aparecía. Al fin la dama aquella llegó muy respetuosamente hacia mí, pues vio que era el único que estaba sereno. Los demás ocupantes vociferaban. Me dice: «Señor, si me diera usted siquiera 300 pesos, dejamos esta cuestión a un lado, que estoy perdiendo el tiempo y todos lo estamos perdiendo». Pero si observa usted la posición en que están los dos coches, si quería usted girar a la izquierda, debería traer el carril izquierdo, pero si usted va por el carril derecho y, sin embargo intenta entrar a ese supermercado, no es posible entrar por el carril derecho cuando el izquierdo va ocupado. Cualquier perito en tráfico la descalifica. "Señor, pero qué hacemos perdiendo el tiempo, no viene el Seguro". Bien, tome usted sus 300 pesos y vaya en santa paz. No hay problema, siga usted su viaje.

Es obvio, hubo una protesta general de los presentes, se indignaron no solamente contra aquella dama, sino contra mí también. Tal era el estado en que se encontraban que no podían menos que protestar, se encontraban absolutamente identificados con la escena y claro, a mí me calificaron de tonto, etc., etc., etc. y otras tantas hierbas.

Claro, uno de los conductores avanzó directo hacia las damas con el propósito de insultarlas, pues eran varias, la que conducto y la acompañante. Yo me adelanté un poquito y le dije a aquella señora: Vaya usted en santa paz y no haga caso a los insultadores.

Bueno, la mujer muy feliz desde lejos alcanzó a darme el ultimo saludo y el carro se perdió allá por esas calles de la ciudad. Hubiera podido seguir aguardando tres, cuatro y seis horas, toda una tarde y posiblemente hasta la noche, hasta que llegara el Seguro para conducir a cualquier arreglo tonto.

Realmente no había problema grave, los daños de aquel coche eran mínimos pero aunque los tripulantes aquellos tenían dinero, de ninguna manera estaban dispuestos a pagar, se encontraban tan identificados con la escena que, obviamente, no tenían ganas, como se dice, de dar su brazo a torcer.

Les salvé ciertamente de una cantidad de pormenores y detalles molestosos, les evité posiblemente ir a la Delegación, les evité cincuenta mil tonterías, amarguras y discusiones. Pero ellos se encontraban tan identificados con aquel hecho que ni cuenta se daban del bien que les había hecho. Así es la gente.

De manera que, mis queridos amigos, en realidad, de verdad, deben ustedes entender que identificarse con las circunstancias trae problemas, es absurdo identificarse con las circunstancias, completamente absurdo, se gastan las energías.

¿Con qué energías organizaríamos, por ejemplo, el Cuerpo Astral si nos dejamos llevar de esos estallidos de IRA, de esos berrinches espantosos, de esos corajes que no tienen razón de ser? Todo por identificarnos con las circunstancias.

¿Con qué fuerzas podría uno darse el lujo de crearse una Mente Individual, si en verdad despilfarra sus energías intelectuales, las malgasta en tonterías, en hechos similares a los que les he contado?

La creación del segundo Cuerpo nos invita a ahorrar energías emocionales y la creación de un tercer Cuerpo, llamaríamoslo Intelectual o Mente individual, nos hace comprender la necesidad de ahorrar un poco nuestra energía mental.

Ahora bien, si nosotros no aprendemos en verdad a dejar las antipatías mecánicas, si nosotros estamos llenos siempre de mala voluntad hacia nuestros semejantes, ¿con qué energías crearíamos entonces el Cuerpo de la Voluntad Consciente, es decir, el cuarto Cuerpo Psicológico? Y es que hay que crear todo ese juego de vehículos Superiores, sí es que queremos en verdad crear dentro de nosotros mismos, o dar forma dentro de sí mismos, o fabricar dentro de nosotros al hombre Psicológico.

Bien sabemos que alguien que posea el Cuerpo Físico, un segundo Cuerpo de tipo Emocional-Psicológico, un tercer Cuerpo de tipo Mental-Individual y un cuarto Cuerpo de tipo Volitivo-Consciente, puede darse el lujo de recibir esos Principios Anímicos para convertirse en Hombre, eso es indubitable. Pero si uno verdaderamente malgasta sus energías, las motrices, vitales, emocionales, mentales y volitivas, identificándose con todas las circunstancias de la vida, pues es obvio que nunca podrá organizar esos Cuerpos Psicológicos tan indispensables para que dentro de sí mismo aparezca el Hombre.

Así, que cuando hablo de organizar la Psiquis, debe saberse entender: tenemos que manejar energías, saberlas utilizar, no identificarnos para no malgastar nuestras energías torpemente, no olvidamos de sí mismos. Cuando uno se olvida de sí mismo se identifica, y cuando se identifica, entonces no puede dar forma a la Psiquis, no puede hacer que la Psiquis se estructure inteligentemente en sí misma, porque malgasta las energías torpemente. Esto es urgente entenderlo, mis queridos hermanos.

Así pues, un Hombre verdadero es un Hombre que ha ahorrado sus energías, que mediante las mismas ha podido crear los Cuerpos Existenciales Superiores del SER.

Un verdadero Hombre es aquel que ha recibido sus Principios Anímicos Espirituales, un Hombre perfecto es aquel que ha desintegrado, dijéramos, todos los elementos psíquicos inhumanos, que en vez de tales elementos indeseables ha dado forma al Hombre Interior.

El Hombre Interior es lo que cuenta, el Hombre Interior recibe su pago, la Gran Ley te paga; el Hombre Interior está despierto porque ha desintegrado el Ego; el Hombre Real, verdadero, que se sacrifica por sus semejantes, obviamente consigue la Iluminación.

Así, crear el Hombre es lo primero, es lo fundamental y esto se consigue organizando la Psiquis. Pero muchos, en vez de dedicarse a organizar su propia Psiquis íntima, se preocupan exclusivamente por desarrollar poderes o SIDDHIS inferiores, eso sí es absurdo. ¿Con qué vamos a empezar nosotros, a organizar la Psiquis o a desarrollar poderes inferiores? ¿Qué es lo qué queremos? Nosotros tenemos que ser juiciosos en el análisis, juiciosos en nuestros anhelos. Si es poderes lo que estamos buscando, perdemos el tiempo miserablemente. Creo que lo fundamental es que organicemos nuestra Psiquis inferior, eso es lo básico.

Si ustedes lo entienden por sí mismos y trabajan en sí mismos, conseguirán darte forma a la Psiquis; entonces el Hombre Real, el Hombre Verdadero habrá nacido en ustedes. Entiendan esto: mejor es que en vez de andar buscando SIDDHIS inferiores, o poderes inferiores como decimos nosotros, demos forma a la Psiquis.

Hay un poder trascendental que nace en cualquier Hombre que verdaderamente ha trabajado sobre sí mismo; me refiero en forma enfática a la Intuición. Y cito esto para que dejen ustedes de codiciar poderes. ¿Pero, cuál es esa facultad?

Se nos ha dicho que está relacionada con la glándula Pineal, no lo niego, pero lo interesante es explicar cuáles son sus funciones.

¿Cómo definiríamos la INTUICIÓN? Percepción directa de la Verdad sin el proceso deprimente de la opción.

Bueno, está buena esa forma de definir pero la encuentro muy incipiente, la usan todas las escuelitas seudo-esotéricas y seudo-ocultistas de por ahí. Pero la analítica nos invita a ahondar más en este asunto.

¿Qué es la INTUICIÓN? Es la Facultad de interpretación. Posiblemente Hegel, en su Dialéctica, trata de definirla con la filosofía China de la Raza Amarilla.

Una Emperatriz china no entendía bien esta cuestión de la Intuición. Un sabio le explicó que era la Facultad de interpretación. Está correcta esa definición, pero ella no entendía.

Entonces el sabio trajo una veladora encendida y la colocó en el centro de un recinto y a su alrededor colocó también diez espejos. Es claro que la llama de aquella veladora se reflejaba en un espejo, y ese espejo la proyectaba a otro espejo, y el otro espejo la proyectaba al otro, y el otro al otro. Así notaron que los diez espejos mutuamente se proyectaban la luz uno a otro, se formó un juego de luces maravilloso, un juego con interpretación. La Emperatriz entendió, he ahí la facultad de la INTUICIÓN.

Si alguien ha logrado la Aniquilación Budhista, si alguien ha conseguido fabricar los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, si verdaderamente es un Hombre de verdad, en el sentido más trascendental de la palabra, entonces la facultad de interpretación será en él un hecho.

Téngase en cuenta que uno está contenido en el Cosmos. He dicho que uno es una parte de un todo. Dentro del Microcosmos hombre hay mucho, existe mucho y sin embargo la totalidad de uno no es sino una parte del todo.

Ya sabemos que, por ejemplo, dentro del Ayocosmos, o sea, el Infinito, está contenido el Macrocosmos.

Dentro del Macrocosmos, que es la Vía Láctea, está contenido el Deuterocosmos, el Sistema Solar. Dentro del Deuterocosmos está contenido el Sol Cósmico, y dentro de éste está contenido pues, el Cosmos Tierra, el Mesocosmos. A su vez, dentro del Mesocosmos, está contenido el Microcosmos Hombre y dentro del Microcosmos Hombre, esté contenida pues, la vida de lo Infinitamente pequeño, el Tritocosmos.

Como dentro de un Cosmos hay otro Cosmos y dentro de ese Cosmos hay otro y por todo hay siete Cosmos, unos contenidos en otros.

De manera que dentro de nosotros hay un Cosmos inferior, eso es claro, el Tritocosmos y un Cosmos superior, es claro, el Mesocosmos. Nosotros estamos entre un Cosmos Superior y un Cosmos inferior.

Estamos también muy relacionados con nuestros padres, pues nos dieron origen; a su vez, de nosotros devienen los hijos y los nietos; todos estamos interpenetrándonos mutuamente. Indubitablemente, mis queridos amigos, la existencia de un modo cualquiera, su nacimiento, su desarrollo, su muerte, queda reflejándose también dentro del Hombre Verdadero que ha logrado la Aniquilación Budhista. Entonces, este puede decir, «conozco la historia de ese planeta». Todo el Mahamvantara puede reflejarse en la uña de un Hombre auténtico. Y reflejarse con tanta exactitud, que ese Buddha no ignore nada.

Todo lo que puede suceder a una nación puede reflejarse en la Psiquis de un Hombre que ha pasado por la Aniquilación Budhista. Y reflejarse con tanta exactitud, con tanta precisión, con tanto detalle, que éste no llegue a ignorar ni el más insignificante acontecer.

Así pues, deduzcan ustedes e infieran de lo que he dicho lo que es la Intuición: la Facultad de interpretación.

Si conseguimos que la Historia de esta Galaxia se refleje en nosotros, ¿ignoraríamos algo, por ejemplo, en relación con la misma? Pues claro que no. La Galaxia con todos sus procesos puede reflejarse en nuestra Psiquis con tanta, naturalidad, mis queridos hermanos, como la vela aquella del ejemplo que he puesto, que se reflejaba en los 10 espejos que sirvieron para ilustrar a la Emperatriz.

Si todas las circunstancias pueden reflejarse en la Psiquis de un Buddha de Contemplación, porque éste ya no tiene Agregados Psíquicos inhumanos que desintegrar, entonces éste de hecho consigue mediante la INTUICIÓN eso que podríamos definir como CONCIENCIA.

Llegar a la Iluminación es posible. Pero no olviden, mis queridos amigos, que la Iluminación a su vez tiene sus leyes. La Razón de ser de la Iluminación es el DHARMADHATU, es decir, el DHARMA.