MARZO 12 DE 1952
Hoy he estado pensando en un señor. Yo invité a tal caballero una noche a la Santa Unción Gnóstica. El caballero tomó agua en lugar del vino consagrado, es decir dicho señor rechazó de plano la Sangre Redentora.
Realmente, el árbol se conoce por sus frutos, y ese fruto es negro. Tal caballero es un emisario de una logia negra llamada dizque "Orden de Acuario".
Ningún mago blanco puede rechazar jamás la Sangre Redentora; con ese acto, el emisario de la logia negra "Acuario" cometió en pleno siglo XX la más grande de todas las "infamias", cual es, rechazar la Sangre del Mártir del Gólgota.
La Santa Unción que Cristo practicó en la casa de José de Arimatea, el senador romano, encierra un significado hondo y trascendental, cual es el de la Transubstanciación.
"Epifanía" es la ascensión de las fuerzas Crísticas en el hombre. Por ello exclamamos en nuestro ritual: "Este acto del cual doy fe simboliza la Transubstanciación".
"Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida: el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás" (Versículo 35, capítulo 6, San Juan).
"Y tomando el pan, habiendo dado gracias, partió, y les dio, diciendo: Este es mi cuerpo, que a vosotros es dado; haced esto en memoria de mí"
"Asimismo también el vaso, después que haber cenado, diciendo: Este vaso es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama" (Versículo 19 y 20, capítulo 22, Lucas).
El sacerdote en estado de éxtasis percibe la sustancia de Cristo, y luego transmite esa misma sustancia al pan y al vino, para que las fuerzas Crísticas se desliguen de la parte material, y luego actúe sobre nuestro organismo cristificándolo y preparándolo para nuestra redención.
Cuando varias personas se reúnen alrededor de una mesa para celebrar la Santa Unción, tal como Cristo nos la enseñó en casa de José de Arimatea, allí está la invisible presencia del Mártir del Calvario; porque bien claro habló el Maestro cuando dijo: "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre; allí estoy en medio de ellos" (Vers. 20, cap 18, Mateo).
La Santa Unción debe practicarse en las casas de todos nuestros Hermanos Gnósticos, y no en templos de ladrillo, piedra o cemento. Cada familia puede practicar su Unción Gnóstica diariamente, sin necesidad de concurrir a lugares de explotación religiosa, como son todas esas aulas Rosacruces, Espiritistas, Católicas, Teosofistas, etc.
La Santa Unción se verificará alrededor de una mesa en casa; "Y como fue hora, sentóse a la mesa, y con él los Apóstoles" (Vers. 14, Cap. 22, San Lucas).
Así, cada hogar puede convertirse en un templo Gnóstico, y el jefe de cada familia en un sacerdote. ¡No mas Logias, no más escuelas, no más sectas, no más infamias, no más explotación! El templo esta dentro de nosotros mismos, y el Sumo Sacerdote es Cristo. Ya viene Acuario, la edad de la Luz ¡Abajo cadenas! El no quiere esclavos.
Cuando un grupo de personas alrededor de una mesa están verificando la Santa Unción, la ceremonia repercute en todos los siete planos de conciencia cósmica, y abre un canal a través de los siete mundos por donde descienden las sublimes energías del Logos Solar: y así el pan y el vino se convierten en verdaderos acumuladores de átomos Crísticos, que al llegar a nuestro vientre se difunden por todo nuestro organismo, cristificándolo y sublimizándolo para la "Iniciación".
En cierta ocasión hice el siguiente estudio clarividente sobre la Santa Unción Gnóstica: Fui llevado en espíritu al mundo exquisito del nirvana. Allí vi siete sublimes seres sentados alrededor de una mesa. Entre ellos había algunas damas llenas de inefable belleza... Estos seres celebraban "La Santa Unción Gnóstica". Me senté entré ellos alrededor de una mesa; luego descendí al mundo "Buddhico", allí encontré a esos mismos seres celebrando la Santa Unción Gnóstica. La escena disminuye ligeramente de belleza.
Descendí un plano más y llegué al mundo causal... allí también vi a esos siete seres celebrando la "Santa Unción Gnóstica". La belleza parecía disminuir poco a poco...
Descendí al mundo de la mente, y el mundo astral, y conforme fui descendiendo, parecía disminuir más y más, la luminosa majestad de esa sublime ceremonia.
Por último me asomé al mundo físico. Entonces fue cuando pude encontrar siete personas que en carne y hueso estaban reunidas alrededor de una mesa practicando la Santa Unción Gnóstica. Aquella ceremonia estaba realizándose en todos los planos cósmicos de manifestación...
La ceremonia se estaba realizando dentro de una casa de familia. Entonces me dije: ¡Qué grande es esto! ¡Qué sublime!
Hoy entregamos en este libro "La Misa Gnóstica", para que toda familia pueda verificar en su mesa la Santa Unción Gnóstica. Este ritual fue el mismo que celebró Cristo en la casa de José de Arimatea, y que celebraban los apóstoles en tiempo que el Maestro estaba encarnado con cuerpo físico.
Este ritual se había conservado secreto durante veinte siglos, pero hoy lo entregamos públicamente adaptándolo a la vida de hogar, a fin de que la familia pueda verificar su sagrada cena dentro de su misma casa.