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Las Tres Montañas: Capitulo 30.- El Patriarca Enoch

EL PATRIARCA ENOCH

El símbolo del tiempo, al que el anillo de bronce hace también enfática referencia, conduce cíclicamente al Arhat Gnóstico, hasta aquella antigua época Patriarcal denominada también Edad de Bronce o Dvápara Yuga, que indudablemente precedió a esta nuestra actual Edad de Hierro o KALI YUGA...

Los mejores tratadistas del Ocultismo afirmaron siempre, que entre estas dos Edades, acaeció la Segunda Catástrofe Transpalniana, que modificó totalmente la fisonomía geológica del Planeta Tierra.

Las Tres Montañas: Capitulo 31.- El Cielo Lunar

EL CIELO LUNAR

La Gran Obra Individual se cumple en el Dominio Zodiacal de las Potencias Titánicas...

Los Doce Trabajos de Hércules, prototipo del Hombre auténtico, indican, señalan la vía secreta que ha de conducirnos hasta los Grados de Maestro Perfecto y Gran Elegido...

Las Tres Montañas: Capitulo 32.- Ginebra

GINEBRA

La eterna Dama, el ALMA‑ESPÍRITU (BUDDHI), exige siempre de su caballero (EL ALMA HUMANA, MANAS SUPERIOR), todo género de inauditos sacrificios y prodigios de valor...

Ella la Divina Esposa Perfecta, es Ginebra, la Reina de los "JINAS", aquella que a Lanzarote escanciaba el vino...

Delicioso vino de la espiritualidad trascendente, en las copas Iniciáticas de SUKRA y de MANTI...

Las Tres Montañas: Capitulo 33.- El Dragón de las Tinieblas

EL DRAGÓN DE LAS TINIEBLAS

Yo pensaba que después de las Bodas Químicas con mi Alma Espiritual, entraría de lleno en una paradisíaca Luna de Miel; ni remotamente sospechaba que entre las guaridas sumergidas del Subconsciente humano, se escondiera el izquierdo y tenebroso Mara del evangelio Budhista; el famoso Dragón de las tinieblas citado por el Apocalipsis de San Juan; el padre de los tres traidores...

Las Tres Montañas: Capitulo 34.- Conclusión de los Trabajos Lunares

CONCLUSIÓN DE LOS TRABAJOS LUNARES

Después de haber reducido a polvareda cósmica a MARA, el Padre de las tres Furias Clásicas, hube entonces de enfrentarme a las bestias secundarias del abismo...

El día terminaba lentamente; el aire delicioso de la noche invitaba a descansar de sus fatigas a los seres vivientes que pueblan la faz de la tierra, y yo, vil gusano del lodo de la tierra, sólo quería sostener los combates del camino y de las cosas dignas de compasión que mi memoria escribirá sin equivocarse...