• Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Rosa Ignea: Capitulo 4.- El Tercer Guardián

EL TERCER GUARDIÁN

1- La mente vive reaccionando contra los impactos que provienen del mundo exterior, tú debes controlar las reacciones de la mente por medio de la voluntad.

2- Si arrojáis una piedra a un lago, veréis salir ondas cristalinas que van del centro hacia la periferia, esas ondas vienen a ser la reacción del agua contra la piedra.

3- Si alguien nos insulta, sentimos ira; esa ira viene a ser la reacción de nuestra mente contra las palabras duras del que insulta.

4- Una imagen pornográfica hiere los sentidos externos y va a la mente. Entonces la mente reacciona como el lago de nuestro ejemplo, con ondas de pasión animal que van del centro a la periferia.

5- Debemos subyugar los sentidos y dominar la mente con el látigo terrible de la voluntad.

6- Nuestra mente vive reaccionando contra los impactos del mundo exterior.

7- Las reacciones incesantes de la mente nos acarrean placer y dolor.

8- El gusto y el disgusto, no son sino el resultado de las reacciones del entendimiento.

9- Hay que controlar las reacciones del entendimiento para pasar más allá del placer y del dolor.

10- Debemos volvernos serenos, indiferentes ante la alabanza y el vituperio, ante el triunfo y la derrota.

11- Todas las tempestades de nuestra existencia, no son sino el resultado de las reacciones del entendimiento, ante los impactos provenientes del mundo exterior.

12- Un examen clarividente nos permite comprender que las reacciones de la mente provienen de un centro nuclear.

13- Ese centro nuclear del entendimiento es el Guardián del Umbral de la mente.

14- El Guardián del Umbral de la mente, es como el humo de la llama.

15- El Guardián del Umbral de la mente, es una criatura terriblemente demoníaca que vive reaccionando hacia el mundo exterior con ondas de placer y de dolor, con ondas de gusto y de disgusto, con ondas de odio, envidia, codicia, maledicencia, egoísmo, etc.

16- Nosotros mismos hemos creado ese Guardián, con todas las maldades de nuestro entendimiento.

17- Hay necesidad de separar cuidadosamente el humo de las llamas.

18- Es urgente despojamos del Guardián del Umbral de la mente, para libertarnos de nuestro pasado animal.

19- Ahora el ARHAT, después de haber abierto sus alas ígneas, tendrá que pasar la prueba del Guardián del Umbral del mundo mental.

20- Ten valor, ¡oh guerrero! ¡oh luchador! Este es un instante supremo.

21- Desenvaina tu espada ígnea, y lánzate intrépido hacia el Guardián del Umbral de la mente.

22- Ahora quedarás libre, ahora quedará tu mente bajo el completo control del ÍNTIMO.

23- Cuando aspirabais al Chelado, pasasteis por la prueba del Guardián del Umbral y por la prueba del Gran Guardián del Umbral mundial.

24- Ahora ya Maestro, os sale al encuentro el tercer Guardián. Véncelo, y tu mente se libertará de los sentidos externos.

25- Se abren tus alas eternas entre el fuego de la mente que chisporrotea. Entre el crepitar de las llamas, los tenebrosos del mundo de la mente te atacan; ¡véncelos, oh ARHAT!

26- Controla tu mente con el látigo de la voluntad.

27- Cuando la mente te acose con representaciones perversas, de odio o de pasión, de envidia o de egoísmo, etc., háblale a la mente así:

28- Cuerpo Mental, no te acepto esa representación, retíramela, no te la admito, tu debes obedecerme porque yo soy tu señor.

29- Solo por medio de la voluntad puede el ÍNTIMO controlar la Mente, no hay otro camino...

30- Afirmemos nuestro ser.

31- No soy el cuerpo. No soy el deseo. No soy la mente. No soy la voluntad. No soy la conciencia. No soy la inteligencia.

32- Yo soy el ÍNTIMO.

33- Romperé todas las cadenas del mundo. Soy el Dios vivo. Soy el Ser. Soy la Vida. Soy el pan de vida. Soy el Vino.

34- Entre el crepitar del fuego universal, las rosas ígneas de nuestro entendimiento flamean abrasadoras cuando afirmamos la majestad del SER.

35- Cuando el Guardián del Umbral de la mente huye vencido, se rompen los tres enigmas del tiempo, y entonces nuestra mente chisporrotea abrasadora entre los grandes ritmos del fuego.