• Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

La Revolución de la Dialectica: Capítulo 69.- La Súper Dinámica Sexual

LA SÚPER‑DINÁMICA SEXUAL

De nada serviría poseer toda la erudición de este mundo, si no se muriera en sí mismo.

Quebrantar los agregados psíquicos sólo es posible en la forja de los cíclopes, en pleno coito químico.

Hombre y mujer, sexualmente unidos, están rodeados de terribles fuerzas cósmicas. Hombre y mujer, sexualmente unidos, están envueltos por las poderosas fuerzas que pusieron en existencia al Universo.

El hombre es la fuerza positiva, la mujer es la fuerza negativa. La fuerza neutra concilia a ambas.

Si las tres fuerzas se dirigen contra un agregado psíquico, éste se reduce a polvareda cósmica.

El hombre, en pleno coito químico, debe ayudar a su mujer tomando los agregados psíquicos de ella como si fueran propios. La mujer también debe tomar los agregados psicológicos del hombre como si fuesen de ella.

Así, las fuerzas positiva, negativa y neutra, debidamente unidas, se dirigirán contra cualquier agregado. Esta es la clave de la súper‑dinámica sexual para desintegrar los agregados psíquicos.

Hombre y mujer, unidos sexualmente, deben orar pidiendo a Devi Kundalini desintegre tal o cual agregado psíquico, previamente comprendido a fondo.

Si el hombre quiere desintegrar un agregado psíquico, sea de odio, lujuria, celos, etc., clamará a la Divina Madre Kundalini, rogándole desintegre tal agregado, y su mujer le ayudará con la misma súplica, como si el agregado fuera de ella. Así también procederá el hombre con los agregados psíquicos de su mujer, tomándolos como propios.

La totalidad de las fuerzas del hombre y de la mujer, durante la cópula metafísica, debe dirigirse, ya hacia los agregados psíquicos del hombre, ya hacia los de la mujer, así acabaremos con el ego.

Esta es la clave de la súper‑dinámica sexual: conexión del Lingam‑Yoni, sin eyaculación de la entidad del semen, dirigiendo las tres fuerzas contra cada agregado psíquico.

No olvidemos que durante el coito químico, el hombre y la mujer unidos, son en verdad un andrógino divino, omnipotente y terrible.