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El Quinto Evangelio.- Esotérismo Gnóstico de la Tauromaquia

ESOTERISMO GNÓSTICO DE LA TAUROMAQUIA

  ...El Toreo era sagrado. El RUEDO representaba siempre al ZODÍACO. Y en nombre de la verdad diremos que, en realidad, estaban los Doce Signos Zodiacales adornando al Ruedo; brillaban, centelleaban, resplandecían...

El TORERO representaba al MAESTRO, los APRENDICES están simbolizados en los PICADORES, y los COMPAÑEROS con los BANDERILLEROS... Aprendices, Compañeros y Maestro...

Obviamente, el Aprendiz siempre está en la bestia, en el CABALLO camuflado, símbolo de la MENTE; trata de picar a la bestia y lo logra, quitándole un poco de fuerza; sin embargo, es vulnerable por todas partes, y bien puede el toro, con sus cuernos, traspasar a la bestia. En todo caso, el Aprendiz, el Principiante, no puede ser más que Picador...

En cuanto a los Compañeros, los Banderilleros, es diferente: saben lidiar un poco mejor al toro, todavía no son Maestros en el Arte. DOMAR AL EGO para luego destruirlo, no es labor tan fácil...

El Maestro es diferente: está adornado con su CAPA DE HIEROFANTE. él debe manejar la ESPADA FLAMÍGERA con gran maestría y luchar con el toro a la maravilla, y por fin, traspasarlo con la Flamígera Espada.

En la ATLÁNTIDA, sí, los Reyes de todo el Continente concurrían a ese evento sagrado; entonces el Toreo no se miraba desde un punto de vista profano, sino desde un punto de vista esotérico.

Concluido el evento, bebían todos los Reyes de la sangre del toro, como diciendo que estaban dispuestos, en sí mismos, a la lucha, a toda costa querían ellos desintegrar del Ego, volverlo polvareda cósmica...

Es pues, el Toreo, un evento que viene de los antiguos tiempos, de Atlántida, la famosa, que otrora se sumergiera, con su poderosa civilización, entre el océano que lleva su nombre...

Ése es el aspecto esotérico de los MISTERIOS TAURINOS, que muy pocos han entendido. Lástima es que por estos tiempos, ya se hayan olvidado tales Misterios...

Así, repito, originalmente vino, esto del Toreo, del Templo de Neptuno, en la lejana OLISIS... ¡Hasta aquí, pues, sobre lo que del Toreo les he dicho!...