FAL-PARSI
En la grandiosa obra PARSIFAL de Ricardo Wagner, se encuentra el evangelio de la Nueva Era Acuaria.
Esta es la doctrina de la síntesis, la primitiva Religión de la humanidad, oculta desde los tristes días en que la sabiduría arcaica, el templo simbólico, fuera sepultada por las ruinas de los Misterios Iniciáticos con el advenimiento tenebroso del KALI-YUGA.
KUNDRY con todo el artificio delicioso de sus encantos, surgiendo de entre la floresta perfumada para tentar a FAL-PARSI, es la belleza de predestinación santa pervertida por el espíritu del mal.
En la resistencia, en la castidad del mancebo está la salvación de KUNDRY -de la mujer-, más ésta desconfía, el hombre fuerte no ha existido para ella, los animales intelectuales son muy débiles.
Comprende la fémina preciosa que sólo podría libertarse de las cadenas de la esclavitud cuando encontrase en su camino un hombre lo suficientemente fuerte como para rechazarla en pleno acoplamiento sexual.
Conoce a FAL-PARSI el mancebo, adivina su misión y se resiste a apartarse de él, temerosa de vencerle, muy segura del poder del sortilegio.
La beldad inolvidable vestida con tanto refinamiento árabe, astuta, comienza llamándole con su nombre familiar de FAL-PARSI y luego continúa con la ley de asociaciones íntimas llevándole finamente por el camino del sentimiento hasta el mismo origen sexual de su existencia.
Quiere la exótica sacerdotisa de la deliciosa tentación miliunanochesca, establecer una vibración pasional en el centro sexual del mancebo, con el evidente propósito de hacerle caer desfallecido entre sus impúdicos brazos...
La previa seducción de las Mujeres-Flores de KLINGSOR, el Mago Negro, es también tradicional entre los asiáticos. No existe héroe sagrado que no haya pasado por ella.
Krishna el conductor del carro, traspasando con sus ojos de fuego a NISUMBA, la KUNDRY oriental, y las siete sacerdotisas de la tentación entre los Drusos Sirios intentando seducir a los Iniciados, constituyen en sí la raíz básica de los estudios esotéricos.
El Gran Kabir JESÚS tentado por la KUNDRY de los Misterios Egipcios, fue ciertamente el PARSIFAL del país asoleado de KHEM.
¿Y qué diremos de las Mujeres-Flores, que tanto asaltaron al Gran Maestro en la tierra sagrada de los Faraones?
La piedra de toque, el ALMA-MATER de la Magna Obra, se encuentra en KUNDRY, la mujer por antonomasia, la Mujer-Símbolo sin cuya presencia estamos condenados inevitablemente al abismo y a la muerte segunda.
¡Mujer adorable!... tú eres la senda del filo de la navaja; el rocalloso camino que conduce al Nirvana...
¡Quién me diera tomar tus manos blancas para apretarme el corazón con ellas, y besarlas ardientemente escuchando muy atentamente de tu amor las dulcísimas palabras fascinantes!...
¡Quién me diera sentir sobre mi pecho reclinada tu lánguida cabeza, y escuchar tus suspiros divinales de amor y poesía...!
¡Quién me diera posar casto y suave mi cariñoso labio en tus cabellos, y que sintieras sollozar mi alma en cada beso que dejara en ellos!
¡Quién me diera robar un solo rayo maravilloso de aquella luz de tu mirar en calma, para tener después con qué alumbrar la soledad del alma!...
¡Oh! Quien me diera ser tu misma sombra, el mismo ambiente dulcísimo que tu rostro baña, y, por besar tus ojos celestiales, la lágrima que tiembla en tu pestaña.
Y ser un corazón todo alegría, nido de luz y de divinas flores, en que durmiese tu alma de paloma el sueño virginal de tus amores... GUNDRIGIA, HERODÍAS, KUNDRY, recuerda que tú eres el sendero secreto del Misterio...