PREFACIO DEL AUTOR
En nombre de la verdad, nosotros los HERMANOS DEL TEMPLO, damos gracias infinitas al Hermano Manuel S. Sánchez y en general a toda la Hermandad del SANTUARIO de BARQUISIMETO por haber impreso esta obra. Este SANTUARIO se LLAMARA DESDE AHORA, SANTUARIO MAITREYA, por sus servicios prestados al CRISTO CÓSMICO y a LA GRAN HUMANIDAD DOLIENTE, EL SANTUARIO MAITREYA esta cumpliendo una gigantesca misión universal.
Damos también gracias al Hermano RAMÓN FLOREZ DERMA por su trabajo técnico-bíblico y en general a todos aquellos que en una u otra forma se preocuparon por el triunfo de esta obra.
Llamamos a todas las religiones, escuelas, sectas, órdenes, logias, etc., para formar el Ejército de Salvación Mundial.
EL HIJO DEL HOMBRE
PRIMERA PARTE
EL HIJO DEL HOMBRE
"NOS AUTEM GLORIARI OPORTET IN CRUCE DOMINI NOSTRI JESU-CHRISTI"
"Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guarda las cosas en ella escritas: porque el tiempo está cerca" (Apocalipsis 1:3).
Hijo del Hombre: Revélanos lo oculto. Cada sinfonía deliciosa del cosmos inefable, cada nota, cada melodía escondida tiernamente entre el encanto purísimo de las fragantes rosas exquisitas de los jardines del nirvana, es la viva encarnación de tu palabra.
¡Los tiempos del fin han llegado! "He aquí que viene con las nubes (el Bienamado) y realmente todo ojo le verá y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra se lamentarán sobre él. Así sea. Amén" (Ap. 1: 7).
EL PRIMOGÉNITO DE LOS MUERTOS
Jesucristo es el testigo fiel y el primogénito de los muertos y príncipe de los reyes de la tierra, porque él venció a la muerte. "Él nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre sacratísima de Mártir Adorable" (Ap. 1: 5).
El Bendito tiene el maravilloso elixir de larga vida. El regalo de Cupido es una gracia del Altísimo. Los santos maestros de la Muralla Guardiana tienen el maravilloso elixir. Cuando un maestro de compasión renuncia a la dicha inefable del nirvana, por amor a la pobre humanidad doliente, tiene derecho a pedir el regalo de Cupido.
Este elixir de larga vida, es un gas que queda depositado en el fondo vital del organismo humano. Entonces el iniciado clama con gran voz, diciendo: ¡Oh muerte! ¡Huye delante de mis pasos hasta la consumación los siglos! ¡Tú serás mi esclava y yo seré tu señor!
LAS SIETE IGLESIAS
"Y me volví a ver la voz que hablaba conmigo (el Verbo que hablaba al Apóstol), y vuelto, vi siete candeleros de oro (los siete chacras de la médula espinal, las siete iglesias). Y en medio de los siete candeleros, uno semejante al Hijo del Hombre (un Verbo Enseñaba al Apóstol) vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por los pechos con una cinta de oro. Y su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana, blanca como la nieve; y sus ojos como llamas de fuego. Y sus pies semejantes a latón fino, ardientes como en un horno; y su voz como ruido de muchas aguas (el Verbo, el Logos, suena). Y tenía en su diestra siete estrellas (en el Macrocosmos los siete Espíritus ante el Trono; en el Microcosmos los siete ángeles atómicos que gobiernan los siete chacras o iglesias de la médula espinal). Y de su boca salía una espada aguda de dos filos (la espada flamígera). Y su rostro era como el Sol cuando resplandece en su fuerza. Y cuando yo le vi caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí diciéndome: no temas. Yo Soy el primero y el último (nuestro resplandeciente Dragón de Sabiduría es el primero y el último)" (Ap. 1: 12-17).
LA SERPIENTE DE METAL
Entre la mujer y la serpiente existe enemistad desde que salimos del Edem. La serpiente engañó a Eva, y desde ese instante comienza el conflicto. Jehová dijo a la serpiente: "Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; Sobre tu pecho andarás y polvo comerás todos los días de tu vida. Y enemistad pondré entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; Ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañal" (Génesis 3: 14, 15).
El mundo se llenó de lágrimas desde que la serpiente fue maldita; la mujer hiere a la serpiente en la cabeza, y la serpiente se venga de la mujer hiriéndola en el calcañal. Entonces nacemos llorando y morimos llorando.
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